Soraya aprovechó el día en Marineda City. Antes de empezar a ejercer de madrina del centro comercial, que ayer celebró la fiesta de su primer cumpleaños, la artista no pudo resistirse a los atractivos del centro comercial más grande de España y se fue de compras. «Me compré un trajecito que me hacía falta para un evento que tengo pronto, una camisetita y una laca para el pelo», comentó la cantante. «Y porque no tuvo tiempo para más», añadió una de las integrantes de su gallego equipo, ya que tanto el road manager como una de las coristas que la acompañan son da terra. Tras haber participado en la banda sonora de la película Blancanieves, con el aval de Julia Roberts, Soraya confiesa: «Estoy trabajando más que nunca, igual que Marineda City, y es algo que tiene que servir de estímulo para la gente», apunta mientras nos hacemos paso entre las miles de personas que en la tarde de ayer abarrotaron el centro comercial con motivo de su primer aniversario. Hubo tarta gigante, regalos y, por la noche, concierto a cargo de la artista. «Me siento la Marilyn de este centro», confesó Soraya sonriente, siempre sonriente.
Invasión portuguesa
Seiscientos estudiantes de la Universidad de Oporto tomaron anoche la ciudad. Lo hicieron con un ánimo más que festivo. Llegaron ayer en diez autobuses y tienen previsto abandonar la ciudad esta misma mañana. Según reconocía uno de los universitarios en esta visita no tenían pensado dormir y su único objetivo era divertirse y conocer A Coruña. La pasada medianoche cantaban en María Pita. En años precedentes los objetivos de estos fugaces viajes fueron Santiago y Salamanca.
Fiesta aniversario de «Retroalimentación»
La sala Le Club, en la calle Rey Abdullah, se llenó hasta la bandera el viernes por la noche en el aniversario de Retroalimentación, el blog sobre música de La Voz que lleva desde hace cuatro años el periodista Javier Becerra. Los coruñeses Lendrone y los vigueses Fantasmage ofrecieron dos caras del rock independiente que actualmente se hace en Galicia. Los primeros, instrumentales, psicodélicos y abruptos. Los segundos, vibrantes, crudos y garageros. Ambos deleitaron a un público que los aplaudió a rabiar.