Son muchas las víctimas de la crisis y la recesión económica. Las caras más habituales son las del paro y la pérdida de beneficios sociales. Esta misma semana, la Consellería de Educación anunció las nuevas tasas de comedores, escuelas de idiomas y conservatorios que van a suponer un nuevo mazazo a las economías familiares que ya están al límite de la extenuación.
Pero más allá de la microeconomía, hay otras decisiones que, por su carácter productivo o dinamizador, son imprescindibles acometer, como la finalización de la tercera ronda, el saneamiento de la ría de O Burgo, la conexión ferroviaria del puerto exterior o la ampliación del Chuac. Y otras, como la construcción de la nueva terminal de Alvedro, la intermodal o el Centro de Interpretación de los Recursos de la Cultura Europea (Circe), que no eran tan urgentes o imprescindibles, pueden quedar aparcadas por la excusa de la falta de fondos, pero será trabajo del alcalde, Carlos Negreira, y su equipo de gobierno, que no caigan en el olvido y que, cuando haya disponibilidad presupuestaria, se puedan retomar para cumplir con la misión para la que fueron concebidas todas ellas.
Una oportunidad. Un ejemplo de esas oportunidades perdidas, ojalá que solo aplazadas, es el Circe. El gobierno local pactó con el Ministerio de Cultura y el de Defensa la utilización del antiguo Gobierno Militar para albergar un centro de estudios sobre la cultura europea que se convirtiera en un centro de referencia en todo el continente. El proyecto, pergeñado por el exministro César Antonio Molina arrancó con fuerza, pero la salida del ministerio del escritor coruñés lo privó de su principal valedor. En Cultura quedan todos los años amplias partidas sin invertir y el coste del Circe, se hablaba de unos diez millones de euros para la reforma del edificio y la dotación de contenidos, no es una cifra descabellada para una operación que reforzaría la condición de A Coruña como capital cultural gallega en cuanto a servicios y dotaciones. Negreira dispone de un puntal en Madrid, el diputado Juan de Dios Ruano, presidente de la comisión de Cultura del Congreso, para intentar aprovechar al máximo cualquier recurso disponible.
Las dietas de los políticos. Esta semana se reunió también la Comisión de Honores y Distinciones del Ayuntamiento para proseguir con el proceso para retirar la medalla de oro de la ciudad a José Luis Méndez. El informe se aprobó por unanimidad, pero el BNG aprovechó para recordar que la moción aprobada en pleno incluía la petición de que dos ediles socialistas, Mar Barcón y Salvador Fernández Moreda, reintegraran las dietas percibidas durante su etapa en Caixa Galicia. Los nacionalistas han extendido la ofensiva a Curtis, donde le han recordado al alcalde, Javier Caínzos (PP), mediante una moción idéntica a la presentada en A Coruña y apoyada por su partido, que esa reivindicación también va con él. Ojalá cunda el ejemplo de Navarra y los políticos se apliquen el castigo merecido por sus errores.