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La fiebre del erizo, el nuevo El Dorado del mar, provoca un cisma en la Cofradía de A Coruña

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

ANGEL MANSO

Mariscadores excluidos del plan de explotación apelan a la Xunta para que los pérmex se abran a todo el colectivo, no solo a las embarcaciones que están autorizadas a extraer el equinodermo

16 feb 2025 . Actualizado a las 08:53 h.

Quizá hace siete años, cuando por un kilo de erizo de mar se pagaba de media 7 euros, el interés por hacerse con un permiso de explotación (pérmex) para recoger este marisco era insignificante. Pero resulta que ha ido seduciendo paladares y, parejo a esa conquista, su cotización se ha incrementado hasta abonarse en lonja el doble de lo que se hacía por promedio en el 2017 —en Aguiño rebasó los 17 euros— y esos permisos, ahora, se los rifan. Lo de rifarse es un decir, porque lo cierto es que no se rifan tantos como los profesionales quisieran. Al menos no en el plan de explotación conjunto que mantienen las cofradías de A Coruña y Barallobre, donde son solo 7 las embarcaciones autorizadas y 14 los buceadores habilitados para extraer este equinodermo. Y eso ha generado mal ambiente, levantado suspicacias, provocado protestas y desatado denuncias entre los mariscadores excluidos del plan, a los que se les deniega un pérmex de forma reiterada. Se les cierra las puertas del erizo, además, justo en un momento en el que los demás recursos específicos, como el percebe, no están en su mejor momento. En el sentido del tiempo y en el del estado. Porque a estas alturas las mejores piedras están cerradas y el furtivismo que no cesa no deja levantar cabeza a los profesionales. Incluso alguno ha perdido su pérmex por no poder hacer frente a las obligaciones con la cofradía, aseguran.

En esta tesitura, los profesionales han llevado su malestar hasta la misma Xunta y han expuesto a la directora xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, Marta Villaverde, el agravio que supone que «mentres uns poucos obteñen moito beneficio, outros quedan expulsados da pesqueira, sen licenza por non poder pagar as taxas de marisqueo». «Uns poucos» que, además, denuncian, coinciden con las personas que están en los órganos de gobierno.

Dar entrada a más barcos

Lo que persiguen es que se permita la incorporación de nuevas embarcaciones al plan. Entre 7 y 10, plantean, para que más familias se puedan beneficiar de este recurso. No se pretende sobreexplotar la pesquería. De hecho, exponen que no habría que elevar el total explotado, sino repartirlo mejor. Se da la circunstancia, subrayan, de que el plan de A Coruña y Barallobre es uno de los que tiene los topes más altos por mariscador al día —70 kilos, frente a los 40 que suelen pactar otros pósitos— y menos buceadores habilitados para extraerlo. En consecuencia, una embarcación, que en A Coruña lleva a dos submarinistas, está autorizada a descargar 140 kilos al día. A una media de 13 euros, resulta que cada lancha factura 1.820 euros por jornada. Y son 50 días los que tiene autorizados, por lo que a ese mismo precio medio, cada uno de los siete barcos suma 91.000 euros. Pero además, de esos 50 días, 20 se dejan para Navidad y ahí el precio es más alto, por lo que no es descabellado suponer que la facturación conjunta por esos 50 días llegue a los 110.000 euros.

«Non é normal que sete barcos acaparen a riqueza e o resto teña que malvivir cando o ourizo que hai podería dar para máis xente», apunta uno de los mariscadores que han firmado el escrito dirigido a las autoridades pesqueras gallegas. Eso, sin tener en cuenta que algunos de los poseedores del pérmex «teñen outros traballos» y que la siembra se hace con subvenciones que recibe la cofradía que sustentan todos los socios, no los 14 que se benefician del recurso.

Nuevas embarcaciones

Así las cosas, los críticos plantean que se incorporen nuevas embarcaciones al plan conjunto bajando los kilos asignados a cada buceador por día de trabajo. Es cuestión de justicia social y distribución de la riqueza. En otros planes similares, el tope que figura por mariscador es más bajo. En el caso de Baiona, por ejemplo, a pie se permiten 40 kilos por día y 50 a flote, a razón de 25 por tripulante enrolado a bordo. En Cedeira, cada uno de los seis buceadores habilitados puede extraer 50 kilos al día. En Aguiño, donde van 78 embarcaciones y 179 buceadores y tripulantes autorizados, el tope diario es de 40 kilos por embarcación.

El gobierno de la cofradía no devolvió la llamada de este periódico para obtener información sobre el plan del erizo.