
«CÓMO ACABAR SIN TU JEFE 2» (HORRIBLE BOSSES 2) EE.UU., 2014. Director: Sean Anders. Intérpretes: Jason Bateman, Charlie Day, Jason Sudeikis, Jennifer Aniston, Christopher Waltz, Kevin Spacey, Jamie Foxx, Chris Pine. Comedia. 108 minutos. Franquicias y sagas son el tesoro envenenado de un Hollywood enfermo de gravedad. No hay ideas, no hay talento y los productores vuelven una y otra vez a situaciones y personajes que les dieron dinero, en una suerte de peligrosos juegos del hambre. Y la comedia, el género que -junto al wéstern, ya casi finiquitado- ha construido la industria del cine norteamericano, vive las peores horas de su historia, entre la banalidad y la falsa incorrección. A ese saco debe ir a parar, no hay duda, Cómo acabar sin tu jefe 2, segunda parte de Cómo acabar con tu jefe, o Horrible bosses -Jefes horribles- en el original. Lo más disparatado es que algunos jóvenes críticos se han tomado en serio esta segunda entrega, calificándola de «agudo análisis político» y cosas así. Estos hipsters no deben conocer a Billy Wilder, porque ver en esa especie de Mr. Scrooge interpretado por el gran Christopher Waltz -papel para hacer caja- un resumen del capitalismo feroz, nos parece excesivo. «El esfuerzo no genera riqueza, solo la riqueza crea riqueza» o «Yo me hago nuevos enemigos cada día, eso se llama negocios», son las líneas pirateadas a I. A. L Diamond, que el gruñón declama, mientras juega al golf y planea quedarse con la patente «amigo de ducha», que ha registrado el trío protagonista. Así que los colegas secuestran al hijo del millonario, para vengarse, y para no ser nunca más asalariados. Ese es todo el profundo análisis. Que ya encontramos, por ejemplo, hace 35 años, en Cómo eliminar a su jefe, con Jane Fonda, Lily Tomlin y Dolly Parton, sin necesidad de retroceder hasta los elegantes años treinta de Enrst Lubitsch. La película tampoco funciona a nivel gestual, Jason Bateman, Jason Sudeikis y Charlie Day no tienen el talento de los Galifianakis, Cooper o Helms de la franquicia Resacón. Se pegan, riñen y esas cosas, en plan los tres Stooges, Abbott y Costello, el Gordo y el Flaco o Tom y Jerry... Pero su intento es patético. Lo mejor, o, más bien, lo que tardaremos en olvidar, es la nueva vuelta de tuerca, auténtico tour de force, que Jennifer Aniston le da a la ex jefa horrible del pequeño y barbado Day, una adicta al sexo que con sus réplicas -sobre costumbres amatorias o sobre el aspecto de «cuello de tortuga» de algún falo- le sacará los colores a los papás despistados que entraron al cine con sus hijos. ¡La película está calificada para mayores de 7 años!