Abbot y Costello contra el capital

Eduardo Galán Blanco

A CORUÑA

La comedia de Sean Anders no logra enderezar la ya floja primera película de la saga.
La comedia de Sean Anders no logra enderezar la ya floja primera película de la saga.

31 ene 2015 . Actualizado a las 22:36 h.

«CÓMO ACABAR SIN TU JEFE 2» (HORRIBLE BOSSES 2) EE.UU., 2014. Director: Sean Anders. Intérpretes: Jason Bateman, Charlie Day, Jason Sudeikis, Jennifer Aniston, Christopher Waltz, Kevin Spacey, Jamie Foxx, Chris Pine. Comedia. 108 minutos. Franquicias y sagas son el tesoro envenenado de un Hollywood enfermo de gravedad. No hay ideas, no hay talento y los productores vuelven una y otra vez a situaciones y personajes que les dieron dinero, en una suerte de peligrosos juegos del hambre. Y la comedia, el género que -junto al wéstern, ya casi finiquitado- ha construido la industria del cine norteamericano, vive las peores horas de su historia, entre la banalidad y la falsa incorrección. A ese saco debe ir a parar, no hay duda, Cómo acabar sin tu jefe 2, segunda parte de Cómo acabar con tu jefe, o Horrible bosses -Jefes horribles- en el original. Lo más disparatado es que algunos jóvenes críticos se han tomado en serio esta segunda entrega, calificándola de «agudo análisis político» y cosas así. Estos hipsters no deben conocer a Billy Wilder, porque ver en esa especie de Mr. Scrooge interpretado por el gran Christopher Waltz -papel para hacer caja- un resumen del capitalismo feroz, nos parece excesivo. «El esfuerzo no genera riqueza, solo la riqueza crea riqueza» o «Yo me hago nuevos enemigos cada día, eso se llama negocios», son las líneas pirateadas a I. A. L Diamond, que el gruñón declama, mientras juega al golf y planea quedarse con la patente «amigo de ducha», que ha registrado el trío protagonista. Así que los colegas secuestran al hijo del millonario, para vengarse, y para no ser nunca más asalariados. Ese es todo el profundo análisis. Que ya encontramos, por ejemplo, hace 35 años, en Cómo eliminar a su jefe, con Jane Fonda, Lily Tomlin y Dolly Parton, sin necesidad de retroceder hasta los elegantes años treinta de Enrst Lubitsch. La película tampoco funciona a nivel gestual, Jason Bateman, Jason Sudeikis y Charlie Day no tienen el talento de los Galifianakis, Cooper o Helms de la franquicia Resacón. Se pegan, riñen y esas cosas, en plan los tres Stooges, Abbott y Costello, el Gordo y el Flaco o Tom y Jerry... Pero su intento es patético. Lo mejor, o, más bien, lo que tardaremos en olvidar, es la nueva vuelta de tuerca, auténtico tour de force, que Jennifer Aniston le da a la ex jefa horrible del pequeño y barbado Day, una adicta al sexo que con sus réplicas -sobre costumbres amatorias o sobre el aspecto de «cuello de tortuga» de algún falo- le sacará los colores a los papás despistados que entraron al cine con sus hijos. ¡La película está calificada para mayores de 7 años!