A la economía local le falta alegría

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

08 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El largo período de interinidad en el que está el presidente Rajoy desde las elecciones de diciembre ha dado para la chanza: la inédita experiencia vendría a demostrar que un país puede sobrevivir sin Gobierno. Pero bromas aparte, no hay duda de que la inacción puede ser muy perjudicial. La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre dio el primer aviso del mal arranque del año: la ciudad perdió en ese período más de 2.000 puestos de trabajo. Esta semana, los datos del paro registrado en el mes de abril confirman que la tendencia no es buena: A Coruña es la ciudad gallega en la que menos se redujo el paro en el último año. Y aunque la cifra pueda ser anecdótica -salvo para cada uno de los que han pasado a engrosar las listas-, es la única en la que en el cuarto mes del año ha habido un comportamiento negativo del empleo. Al terminar abril había diez personas más sin trabajo que al finalizar marzo. En España, en Galicia y en el resto de las ciudades de la comunidad la tendencia fue la contraria.

El retraso en la aprobación del presupuesto municipal -objeto de las más enconadas refriegas entre grupos políticos- es una de las causas que explicaría el enfriamiento (para los más críticos, congelación) en que está la economía coruñesa, según interpreta el mundo de la empresa. Falta de presupuesto, demora en la concesión de licencias, indefinición, clima de desconfianza. Esos son argumentos que desde hace meses se escuchan en A Coruña y que ya se ponen abiertamente sobre la mesa, a la vista de los datos y con el gobierno local a punto de cumplir un año. 

No hay duda, el empleo lo crean las empresas, que arriesgan su dinero y buscan un beneficio, pero que las condiciones sean propicias o adversas para la economía depende de la política. Y las administraciones públicas -la local en su medida- son motores que deben tirar de la economía en momentos de contracción, según la teoría keynesiana tan ampliamente aceptada. Habrá también razones técnicas para explicar la estadística, como la evolución de la población activa, la rotación excesiva en los empleos, la estacionalidad en determinados sectores o la fuga de mano de obra. Pero eso sucede también a otras ciudades.

Lo cierto es que en un contexto de tímida recuperación, A Coruña se ha colocado a la cola. En un ejercicio de (tal vez odiosa) comparación se observa que el otro polo económico de Galicia marcha a mejor ritmo, al menos en la lucha contra el desempleo. Solo un dato: en el grupo de personas sin trabajo anterior (principalmente los jóvenes), el paro se redujo en A Coruña en un 4 %. En Vigo la caída fue en abril del 8,8 %. Se ve que falta la confianza que alegre el mercado.