Mónica Lodeiro: «Hay mucho cachondeo con las instrucciones de seguridad en el avión»

Abróchense los cinturones porque está a punto de despegar la nueva escuela de auxiliares de vuelo con sede en A Telva (Cambre). Mónica Lodeiro, azafata coruñesa con más de veinte años de experiencia, pilota esta academia, que ya tiene título homologado y hasta un simulador de realidad virtual: «Al colocarte las gafas 3D, te ves dentro del avión. Somos los únicos en Europa que lo tenemos», explica.

-Sigue en activo y no le falta trabajo. ¿Por qué se lanzó?

-Porque los tripulantes de cabina llegan con mucha teoría, pero poca práctica. Vamos a tener un curso de supervivencia en un entorno natural real, prácticas de salvamento en mar abierto e incorporamos un simulador 3D que te sitúa dentro de la cabina. Puedes chequear el extintor, la aguja del manómetro, las mascarillas de oxígeno...

-¡Para que luego digan que solo están para servir café!

-La gente piensa que somos camareras, pero las azafatas de avión no estamos para servir cafés y punto. Si pasa cualquier cosa, somos las que les vamos a ayudar con el plan de evacuación.

-¿La demostración de seguridad es su pesadilla máxima?

-Hay mucho cachondeo, sí. Hace poco llevé a veinte chicos de despedida de soltero a Oporto y uno se levantó para imitarme.

-¿Es peor cuando no mira nadie?

-¡No nos hacen ni caso! Si el pasajero ha volado tres o cuatro veces, ya nada. Pero es que son tres minutos y es importante.

-Después de tantos años volando, habrá visto de todo.

-Así es. A la vuelta de Punta Cana es una locura. Como la gente suele excederse bebiendo y comiendo, hay unos problemas con la diarrea del viajero...

-La venganza de Moctezuma.

-¡He visto a algún pasajero aterrizar sentado en el baño!

-¿Recuerda su primer vuelo?

-Uno de los primeros fue con Air Europa a Las Palmas. Una señora muy elegante, cuando vio que le tocaba ventanilla me soltó: «¿No ve que vengo de la peluquería y me voy a despeinar?». Ja, ja...

-¿Algún pasajero ilustre?

-Pues sí. He volado con Rafa Nadal y toda su familia. Un encanto. Les llevamos a Johannesburgo cuando España ganó el Mundial de fútbol.

-Trabajar en jet privado es total.

-Fui por toda Europa con los actores de Fast & Furious y he llevado a algunos príncipes y muchos presidentes de Gobierno.

-¿Y a los nuestros también?

-Con Felipe y Letizia volé cuando aún no eran reyes. Me entregaron la lista de pasajeros con otros nombres y cuando de repente los vi en la terminal...

-¿Algún momento de peligro?

-Alguna vez han caído las mascarillas de oxígeno, pero nada más. ¡Y toca madera!

«En cuanto se recuperen los vuelos, se va a necesitar mucho personal»

Veintitrés añitos tenía Mónica Lodeiro cuando empezó a trabajar como azafata. Sus padres la convencieron para que primero estudiase una carrera y luego hiciese realidad su sueño. Ha volado por medio mundo con diferentes compañías y también en jets privados. Esta betanceira del 77 sabe lo que es amanecer en Cancún y aterrizar en París en el mismo día.

-¿Le da tiempo a hacer turismo?

-No siempre, pero he llegado a pasar diez días en las Seychelles o en las Maldivas esperando al dueño del avión privado.

-¿Tuvo que parar por el covid?

-Durante el confinamiento sí, pero luego la gente con jet privado se movió igual. Fui una afortunada, porque tengo compañeros que lo han pasado mal.

-Las compañías aún están con ERTE. ¿Habrá trabajo o toca esperar a una movilidad más global?

-Creo que antes de final de año podremos estar en una nueva normalidad lo más parecida a la antigua. Y con la recuperación de los vuelos tras la pandemia se va a necesitar mucho personal.

-¿Hay que ser modelo? Porque todos los tripulantes de cabina tienen una planta...

-No hay que ser modelo, pero tienes que tener una altura según Aviación Civil. Las chicas, mínimo 1,57; y los chicos, 1,72.

-¿El sobrepeso cuenta?

-Si cabes por el pasillo del avión, puedes ser azafata.

-¿Por qué llevan el pelo relamido?

-Hay unos requisitos de cómo tienes que ir peinada y maquillada. A eso sí te obligan.

-¿Hasta el color de las uñas?

-Sí. Colores discretos en las uñas, labios rojos o nude y, si tienes el pelo largo, una trenza o una coleta. Es política de la compañía, pero es lógico. El personal de cabina es su imagen.

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