La edila de Benestar argumenta que «cada una de las familias tiene unos condicionantes diferentes. Hay momentos en los que quieren salir, pero no siempre coinciden los miembros de la misma unidad familiar en el momento de dar el paso». Para que todo se acompase, que la unidad familiar esté decidida a abandonar la que ha sido su casa durante años y años, es importante que los técnicos encargados de acompañarles en esta transición a una vivienda normalizada, encuentren una alternativa que se adapte a sus necesidades, ya que muchos de ellos viven de la chatarra y necesitan un lugar en el que poder amontonarla y trabajarla o de las atracciones de feria, que requieren un espacio para estar guardadas mientras no se puedan celebrar fiestas.
«La salida de estas familias del poblado, tanto de las que lo hicieron en este mandato, como en el anterior, es muy positivo», dice Yoya Neira, ya que en el asentamiento residen menores que han nacido en el poblado chabolista de A Pasaxe y que no conocen otra forma de vida.