Los vecinos de Os Mallos, en A Coruña: «Cuando todo parecía ir a mejor, aparece un asesino»

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Esperan que la muerte de un hombre en la calle Vizcaya «no afecte» a la recuperación del barrio, mucho más vigilado y con menos delincuencia

24 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los que viven cerca del piso donde este sábado mataron a un hombre de manera salvaje dicen que esto se veía venir. Que lo que circulaba día y noche por esa vivienda del 58 de la calle Vizcaya era poco sano y estaba cantado que llegaría el día en que ocurriría lo que ocurrió. Donde hay droga, donde hay peleas y jaleos, la sangre termina brotando como de un vaso tumbado. Se cree que la muerte por estrangulamiento de ese vecino del barrio se debió a un ajuste de cuentas. Y aunque la tragedia a pocos sorprendió, llega en un momento en el que el barrio se está quitando de encima la inseguridad.

El incremento policial «se ha notado en los últimos dos meses de manera más que notable», dice Carmen Rey, de la asociación vecinal. Augusto Pereira precisa que la multitudinaria pelea del pasado mes de septiembre frente al número 135 de la ronda de Outeiro marcó un punto de inflexión. Desde entonces, la presencia de agentes en Os Mallos se multiplicó. Y eso se notó en una desescalada de la criminalidad. «Hay menos robos, el trapicheo no es tan visible y los pisos okupas están más controlados o desaparecidos en algunos casos», añade este representante de los residentes. No obstante, «queda mucho camino por andar», destaca. Aunque se ven menos delitos, por todo el mundo es sabido que «hay problemas que deben solucionarse». 

Mafias

Grupos de control. La colonia magrebí en Os Mallos es numerosa y perfectamente integrada en el barrio. Pero hay una pequeña parte empeñada en lo contrario. Dominan el tráfico de droga, las okupaciones y son responsables de gran número de robos. Aparte de protagonizar peleas. El supuesto autor del homicidio del pasado sábado es magrebí y muy conocido en el barrio por su peligrosidad. Existen otras mafias. No tan visibles, pero igual de conflictivas. Personas que pugnan con los anteriores por el control del tráfico de droga en el barrio. «Todos sabemos quiénes son y la policía también. Pero los agentes, en muchas ocasiones, están con las manos atadas. Necesitan más medios y plantilla, aparte de más órdenes judiciales para poder actuar», explica Carmen Rey

La plataforma vecinal de Os Mallos intenta quitarse de encima la bandera de barrio conflictivo para ser lo que antes era. Una comunidad de personas de toda la vida que acogieron con gozo la llegada de la inmigración gallega de los setenta y recientemente la del exterior. Y que no quiere señalar a nadie. Mucho menos a nacidos en determinados países «porque estamos hablando de una minoría», añade Carmen Rey.

 Tráfico de drogas

El delito más extendido en el barrio. El aumento en el consumo de heroína ha provocado un notable incremento de la criminalidad. «Cada vez se ven más toxicómanos pidiendo en la calle o cometiendo todo tipo de tropelías», dice Antonio Nogueira, de la asociación de Os Mallos. La droga, que nunca ha desaparecido de los barrios, se está incrustando en algunos de manera alarmante. Os Mallos es una de esas zonas más atacadas. Ya no solo se trata de los clientes, sino también de los que venden, que montan narcopisos y vuelven la zona donde se establece en inhabitable. Quienes consumen, buscan dinero rápido. La mayoría lo encuentra en pequeños hurtos o mendigando. Una minoría no duda en emplear la violencia. La venta se produce principalmente en algunos establecimientos y también en pisos, la mayoría usurpados a sus dueños. La Policía realizó numerosas redadas, desmantelando puntos de venta. 

Okupas

Descendió el número de pisos usurpados. Si bien las autoridades judiciales actúan ahora con mayor celeridad a la hora de desalojar un piso, todavía quedan muchos en Os Mallos. Aunque no tantos como antes. La policía vació varios. En la ronda de Nelle o en la calle San Lucas, por ejemplo. Pero ahí continúan los de la calle Noia, Vizcaya o Ángel Senra. En esas viviendas no solo se vende droga. También sirven de guarida para ladrones. De hecho, cuando se desalojó el piso de la calle San Lucas, la policía se encontró hasta con cañas de pescar. Necesitaron dos furgones para llevarse los objetos robados que allí dentro había. 

Hurtos

Los supermercados del barrio, los más afectados. Hay un supermercado en la calle Capitán Juan Varela que es, con mucho, el que más hurtos registra de toda la ciudad. Pero no solo ahí. Las empresas de seguridad asumen que los establecimientos de Os Mallos sufren a diario decenas de robos. Hay delincuentes que solo se dedican a eso. Viven de la venta de productos sacados de las tiendas y supermercados en establecimientos de hostelería. En la ciudad se registraron en el 2021 más de 4.000 delitos de hurto. El doble que el año anterior. 

Peleas

Agresiones y venganzas. En diciembre del 2021 se produjeron tres incendios intencionados. Clanes rivales se enfrentaban por tomar el control. También hay peleas, como la del mes de septiembre. Diez contra uno.