Oleada de robos en San Andrés, en A Coruña, desde que la policía no puede patrullar por las obras
A CORUÑA
Los comerciantes alertan de la presencia de toxicómanos que cometen hurtos al descuido y se llevan piezas de las máquinas y camiones de la constructora
30 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.San Andrés lleva un mes sin que pase un coche de policía porque no pueden. Las obras lo impiden y eso se está notando en la seguridad. Ahora, los ladrones no tienen que mirar atrás por si aparece una patrulla porque no va a aparecer. Por tanto, actúan con tal impunidad y descaro, según alertan los comerciantes, que han sufrido en las últimas semanas varios robos.
Desde que la calle se cortó al tráfico a principios de mes está pasando de todo. Rosa Cerchar acaba de abrir un negocio de pastelería y ya le han robado dos veces y este miércoles por la noche le han intentado entrar. Por haches o por bes no pudieron, pero insistieron. Caminaron unos pasos y forzaron la puerta de O Recuncho do Granel. Pero no se pudieron llevar nada porque no había un céntimo en la caja. Lo que se llevaron fue una bebida. De hecho, a ningún comerciante se le ocurre dejar dinero en la registradora.
La policía detuvo al supuesto ladrón a las pocas horas y se espera que hoy pase a disposición judicial. Se trata de un vecino de Lugo con un amplio historial delictivo.
Robos nocturnos aparte, lo que más están sufriendo son hurtos al descuido. A plena luz del día, a cualquier hora, «estamos preparados para que alguien entre en la tienda y se lleve lo que tenga a mano. A mí me robaron el móvil. Lo tenía en el mostrador y ni me di cuenta de cómo lo hicieron. Tuve que revisar las cámaras de seguridad para verlo. Aprovecharon que estaba atendiendo a una clienta, cogieron el teléfono y se marchó tan pancho», cuenta la empleada de una tienda.
Los comerciantes tienen un grupo de WhatsApp desde el que se avisan de los robos o de la presencia de personas sospechosas. Muy pocos se han librado este mes de algún tipo de percance. Calculan que desde que la calle está cortada al tráfico se produjeron, al menos, 20 robos o hurtos. Y no solo eso, preocupa también la presencia de toxicómanos. «Está llena la calle de gente que se dedica a vender o a comprar droga», cuenta la propietaria de un negocio que, como el resto, pide a la policía que ante la imposibilidad de patrullar en coche, lo haga a pie.
«Entran dos individuos, te hacen el lío y se llevan un pastel en un santiamén»
Los ladrones casi siempre actúan igual. Van en pareja y «mientras uno te hace el lío, te hace preguntas o te pide que le enseñes cualquier cosa, el otro se lleva un pastel», dice Rosa Cerchar, que abrió su pastelería en mayo, cuando la calle ya estaba medio cortada. Cuando se cortó por completo el pasado día 3, comenzaron los problemas con los robos.
Rosa Cerchar pide a las autoridades que ante la imposibilidad de que por la calle pasen coches patrulla, que «periódicamente desplacen a agentes de la Policía Local y de la Nacional para recorrerla a pie. No puede ser que en un mes no hayamos visto ni a un policía en una calle tan comercial y céntrica como esta».
Los problemas de seguridad no solo afectan a los comerciantes, también a la constructora que está realizando las obras. En el último mes se han encontrado al llegar por la mañana para ponerse a trabajar que a alguna máquina o camión que pasa ahí toda la noche le faltan piezas. Eso, en ocasiones, obliga a no poder trabajar durante las primeras horas del día, mientras no se sustituye el material sustraído. Que en la mayoría de los casos no es nada barato.
«La falta de policía y la certeza que tienen los ladrones de que no va a aparecer un coche patrulla en ningún momento, convirtieron San Andrés en un maná para esa gente», lamenta un comerciante de la zona.
Aparte de la inseguridad, la presencia de un hombre con casco de obrero y hasta con chaleco de obra pintando y poniendo fotos en una pared también llama la atención de vecinos y comerciantes. «Es una persona que no está bien y a veces viene por aquí y empieza a poner cartas en la pared, cuadros y frases, muchas de ellas sin sentido alguno».