Suso Tomé: «En cuatro años tuve dos hijos, abrí mi primer negocio y lo amplié»

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA

ARANGA

Jesús Tomé Sanjurjo, Suso, propietario de Feitizos de Sabor en el mercado de la plaza de Lugo de A Coruña.
Jesús Tomé Sanjurjo, Suso, propietario de Feitizos de Sabor en el mercado de la plaza de Lugo de A Coruña. CÉSAR QUIAN

El propietario de la tienda Feitizos de Sabor, en la plaza de Lugo, fue vigilante de seguridad antes de montar el establecimiento

12 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Este hombre tuvo una crisis de los 40 un tanto singular. «Los cumplí y en cuatro años tuve dos hijos, abrí mi primer negocio y lo amplié», comenta ilusionado. Una y otra vez habla de Yoli, su mujer. «Formamos un buen equipo. Ella es profesora de secundaria y me echa una mano con las redes sociales de la tienda», apunta Jesús Tomé Sanjurjo, Suso, propietario de Feitizos de Sabor. Lo describe como un negocio gourmet especializado en productos de Galicia. «El 90 % son de aquí», insiste. Está ubicado en la planta alta del mercado de la plaza de Lugo y lo inauguró en la Navidad del 2019, poco antes del inicio de las restricciones por la pandemia. Pero no le fue mal y ya cuenta con otro local justo enfrente. «Son pequeños. En el primero son ocho metros cuadrados en los que tengo entre 600 y 700 referencias. Trabajé con una decoradora para que lo pusiera bonito. En el que abrí hace poco justo enfrente y que ni siquiera tuve tiempo de inaugurar de manera oficial son siete metros cuadrados y lo dedico a vinos y a quesos, con una nevera para conservarlos», resume. Pocos metros, pero muy bien aprovechados. «Y tengo otro espacio que utilizo para hacer cestas que nos encargan para aniversarios o cumpleaños. Desde 30 euros pueden quedar bien y tener de sobra para un picoteo», asegura. Charlamos en la cervecería Plaza. Pedimos café. 

Siempre Aranga

El equipo de veteranos de tercera división del Aranga entrena con unas sudaderas que llevan la publicidad de Feitizos se Sabor. «Formo parte del equipo. Soy un extremo fuguillas, pero con los años se me contraen los gemelos. Los viernes juego con unos amigos al fútbol sala en un pabellón por la zona de la Costa da Tapia, es la excusa para tomar algo después», reconoce. Sus padres son de Cambás, donde siempre pasó los veranos y estuvo a punto de quedarse a vivir. «Tenían una pequeña explotación con vacas y estuve echando una mano un tiempo», recuerda. Estudió en el colegio Raquel Camacho y la infancia la pasó entre el Ventorrillo y Peruleiro. Reconoce que no fue un buen estudiante y que muy pronto se puso a trabajar. Antes de montar su primer negocio recorrió un largo camino. 

De vigilante a tendero

Sus primeros trabajos fueron en Carrefour y en una empresa de alimentación en Pocomaco. «Después me ficharon los de Novás y Mar para la gestión del almacén. Por aquel entonces tenía una novia que me animó a hacer lo mismo que ella y preparar las oposiciones a Policía Local. Ella aprobó, pero yo me quedé muy cerca. A raíz de esto empecé una etapa de 12 años como vigilante de seguridad. De hecho, cuando monté la tienda, estuve un año compaginándolo. Hacía los turnos de noche sábados y domingos. El lunes iba al mercado de reenganche. Los comienzos son difíciles», reconoce Suso. Tiene 44 años y es padre de Julia, de 3, y Xoel, de apenas unos meses. Recuerda cuando se apuntó a un curso de la Asociación de Jóvenes Empresarios con la idea de emprender. «Queríamos vender algo distinto, que no hubiese en el mercado. Apostamos por lo gallego y de calidad. No tenía experiencia de venta al público y tuve que aprender, y también sobre cada producto. Nos va bien gracias a Dios y creo que la clave es ser humildes y trabajar mucho», resume este hombre que pasó de vigilante a tendero. Dice que lo más demandado es el paté de centolla, el Savel, el queso azul de Airas Moniz, y los lotes para cumpleaños. «También se pueden encargar por la web. Seguimos viendo en qué aspectos podemos mejorar, como por ejemplo incorporar códigos QR o seguir apostando por un packaging atractivo», avanza. De vez en cuando se lleva vinos y quesos a su casa para probar. Y acaba de incorporar el caviar a su delicatesen oferta en el cielo de la plaza de Lugo. Un currante tímido e inquieto que desprende humildad.