En Montellos hay un negocio que dirige el bisnieto de su fundador. La cuarta generación de una casa de vinos y comidas célebre que jamás ha dejado de funcionar
26 may 2021 . Actualizado a las 17:58 h.Si a uno le dicen que lo van a invitar a comer a un lugar que abrió cuando Alfonso XIII tenía un año de edad, es fácil imaginar que tras la barra habrá una señora o un señor muy mayor y que el edificio se podrá venir abajo con un soplido. Se equivocaría por completo. Ni lo uno, ni lo otro. Primero, porque detrás de la barra hay dos hermanos que mantienen la ilusión de unos jóvenes. Sandra García y Rubén Ricardo. En cuanto al inmueble, no ha parado de reformarse y adaptarse desde que se fundó, pues parece que lo terminaron ayer mismo. Eso sí, con la piedra original de la casa.
Sandra y Rubén son la cuarta generación de la Taberna García, todo un clásico en la gastronomía. Está ubicada en Montellos. Nada menos que desde 1887. Eso la convierte en la más antigua en funcionamiento de la comarca. Son ya 143 años los que va a cumplir.
Los que abrieron sus puertas por primera vez son los bisabuelos de los que ahora las abren todos los días. Eran Manuel García y María Antonia Carro los que fundaron un negocio en el que paraban los carreteros, a los que daban de comer bacalao y caldo. Acompañado de los mejores manjares de la huerta y los frutos más lozanos. Les fue de maravilla. Manuel García falleció en 1921 y la gente empezó a conocer la taberna por el nombre de La tía Antona, por su viuda. Luego, uno de los hijos de los fundadores, Ricardo, tomó el relevo en los cuarenta y, dos décadas después, hizo lo propio Hilario, un nieto que, junto con su esposa, Dorita Suárez, siguió despachando vino de barril, comida y algunos artículos básicos. Es decir, la típica tienda-bar de los pueblos.
«Todos los días hay partidas de cartas y dominó»
Su tercer siglo de existencia lo comenzó la taberna García con el cambio más importante de su larga historia. «Cerramos durante tres meses y mucha gente pensó que era el fin, pero lo que hicimos fue una gran reforma, descubrimos la piedra original de la casa, construimos una chimenea, y se amplió la bodega», comenta Sandra García, bisnieta del fundador y hermana de Rubén Ricardo, que ahora se encargan del negocio. «El aspecto es renovado, pero sigue teniendo el mismo carácter de taberna y todos los días hay partidas de cartas y dominó», apuntan los de la cuarta generación García.
Abren a las 7 de la mañana y su cocina es amplísima. Famosa es su tortilla. Y sus carnes. Como el trato, familiar. «La mejor comida de mi vida», reza el último comentario en Tripadvisor de la Taberna García. Y sigue: «Excelente. Comimos pulpo, calamares de la ría y chuletillas de cordero. Todo exquisito. Las camareras, tanto Susana como Andrea, son encantadoras, con un trato muy familiar. Los postres, por supuesto, son caseros y los precios ajustados a la calidad. Muy recomendable». Y así la inmensa mayoría. Y Ojo, a la taberna le quedan más años por delante. Aunque, por el momento, no hay recambio.