Díaz Gallego, sobre la ampliación del edificio de Cuatro Caminos: «No se parece a las intervenciones lamentables de los 90»

A CORUÑA CIUDAD

Francisco Dinís Díaz Gallego, concejal de Urbanismo, Vivenda e Infraestructuras de A Coruña
Francisco Dinís Díaz Gallego, concejal de Urbanismo, Vivenda e Infraestructuras de A Coruña ÁNGEL MANSO

El concejal de Urbanismo, Rehabilitación y Vivenda explica que la obra llevada a cabo en el número 19 de la calle Concepción Arenal tiene calidad arquitectónica y está bien resuelta

07 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La obra todavía no está terminada, pero los coruñeses ya pueden ver la nueva fachada del edificio del número 19 de la calle Concepción Arenal, que ha estrenado dos plantas gracias al añadido de dos módulos prefabricados. Se trata de una ampliación legal, aunque ha generado opiniones dispares entre los transeúntes y en el ámbito académico, que teme que la ciudad vuelva a registrar un aumento de jorobas de nueva creación en edificios antiguos. Francisco Dinís Díaz Gallego, concejal de Urbanismo, Rehabilitación y Vivienda, explica en esta entrevista el proyecto de ampliación, que recibió el visto bueno del Concello y de Patrimonio, organismo dependiente de la Xunta.

—El martes se descubrió la ampliación del edificio del número 19 de la calle Concepción Arenal. ¿Tenía claro cómo iba quedar?

—Obviamente, sabíamos que la ampliación iba a ser con ese diseño moderno. Nosotros entregamos la licencia después, claro, del informe de Patrimonio. Nuestro plan general, al margen de las condiciones estéticas que pueda marcar Patrimonio, contempla la posibilidad de ampliación en altura de edificios catalogados sin retranquear.

—El estudio de arquitectura presentó dos proyectos, uno donde la ampliación era más parecida a la original y otro, el aprobado, con un diseño más diferente. ¿Por qué gustó más la segunda?

—Es que ya no es una cuestión de gustos. Si hablamos de gustos, a mí personalmente me gusta más la propuesta moderna que la propuesta más imitativa, pero ya no es cuestión de gustos. Existen una serie de normas que se nos han ido dando en los diferentes congresos de arquitectura que ha habido y de intervención en el patrimonio que recomiendan que las intervenciones de ampliación de un edificio protegido, de un edificio antiguo, se diferencie claramente la parte original de la parte nueva. De cara a que dentro de treinta años o cien años quien vea el edificio diferencie bien la parte de 1940 y la de 2025. En ese sentido, la propuesta que presentó el estudio de arquitectura Dousdevinte cumple perfectamente con cualquier norma básica de intervención en un bien catalogado.

— Es arquitecto, además de concejal. ¿Cómo se le explica a un ciudadano que, a lo mejor, preferiría que la ampliación fuese igual que el resto del edificio?

—Puede que haya ciudadanos que consideren que imitar el original puede quedar más bonito. Pero no hay más fundamento técnico que decir me gusta más o me gusta menos. Además, pueden pensar que hubo más trabajo intelectual en la propuesta arquitectónica de los años cuarenta. Porque hay más decoración o más elementos decorativos que en la obra nueva. Pero no es así, la obra nueva de 2025 comprende un proceso de prefabricación, un proceso de diseño muy especial. Es una obra que ha tenido un proceso intelectual, de trabajo y diseño incluso más complejo que el edificio original de 1940. La gente puede ver ese edificio y pensar que hubo muchísimo trabajo detrás, o que hubo un trabajo más artesanal o intelectual a la hora de desarrollar ese edificio. O porque tiene unas condiciones estéticas que pueden gustar más al común de los mortales. Pero, realmente, si no me equivoco, ese edificio es de Eduardo de Losada, un arquitecto muy famoso de la ciudad en el siglo XX. Edificios como ese hizo como churros. O sea, a lo mejor hay mucho menos trabajo intelectual de lo que creemos. No hay que minusvalorar la arquitectura moderna, porque a veces parece más simple, pero hay un trabajo también muy profundo.

—Parte del sector académico que hemos consultado también rechaza esta ampliación por entender que es muy diferente y moderna. Además, temen que se vuelvan a repetir horrores de otras épocas en A Coruña, como lo que se hizo en Marqués de Amboage.

—Las Administraciones están capacitadas para controlar eso. Debe existir un informe de Patrimonio, municipal y hay una serie de normas que tienen que cumplir. Las ampliaciones están reguladas por el plan general y no se permite que se amplíen más de dos plantas, en edificios catalogados y nunca va a poder ser más del doble de las plantas originales. Pero más allá de la normativa, en este caso niego la mayor. No veo que esta intervención se parezca en nada a intervenciones de desarrollismo en la ciudad. La construcción está integrada. Tú ves la fachada y te permite diferenciar perfectamente la parte nueva de la antigua. Además, la parte nueva está resuelta con calidad arquitectónica. Yo creo que la intervención está bien resuelta, y desde luego no se parece en nada a otras ampliaciones que hubo en los noventa, que fueron verdaderamente lamentables.

—¿Permitir este tipo de ampliaciones sirve para incentivar la rehabilitación de edificios por parte de promotoras?

—Sí, es un mecanismo que puede ayudar a recuperar edificios, pero lo que hay que hacer es hacerlo bien. Las ampliaciones por sí mismas no son ni buenas ni malas, creo que depende mucho del control que ejerza el Ayuntamiento y también de cómo trabaja el estudio de arquitectura. Por ejemplo, cerca del edificio de Cuatro Caminos se hizo otra ampliación en altura en un edificio catalogado. El estudio Creus e Carrasco apostó por otro criterio, pero también moderno y yo creo que ha quedado de maravilla, y se ha recuperado un edificio que estaba en una situación de abandono total, con lo cual, si eso ayuda a que se rehabiliten edificios que están abandonados en la ciudad, y se hace con criterios económicos de calidad, y con criterios de intervención en el patrimonio correctos, yo no le veo ninguna duda.

— El nuevo edificio sacará en régimen de alquiler 14 viviendas. La rehabilitación de edificios como este también puede contribuir a que descienda el precio de la vivienda.

—Una de las medidas que tenemos en el plan de medidas específicas es precisamente que se ocupen los edificios vacíos en la ciudad, que se rehabiliten, y que la vivienda que está parada y vacía se ponga en el mercado. Obviamente habrá algunas que se puedan poner a alquileres asequibles, porque tienen subvención municipal, y otras que no se podrán poner a alquileres asequibles, pero que en todo caso ayudarán a mejorar el problema de la vivienda.