Casas nido, cinco proyectos en el área de A Coruña para cuidar a los más pequeños
IRIXOA

Existe demanda de las familias, pero las profesionales exigen más ayudas
18 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Las casas nido que impulsó la Xunta hace nueve años para municipios de menos de 5.000 habitantes, un modelo de escuela para niños de 0 a 3 años, se asentó en el área coruñesa con la apertura en el 2018 de Novo Mencer en Irixoa, a la que siguieron otros cinco proyectos más, siendo el último en abrir el de Abebos en Paderne. Todas pueden atender un máximo de 5 pequeños y se han convertido en una herramienta para la conciliación en el mundo rural.
María Luz Trenco Puente (Santiago, 1967) explica que conocía el modelo y, cuando se asentó en Irixoa, habló con el Concello y logró la cesión de una unitaria en desuso. Se entusiasma al hablar de los pequeños y de su proyecto educativo. «Isto é máis que cambiar cueiros, pídenche titulación», remarca, reconociendo que aunque espera jubilarse atendiendo a los más pequeños del municipio, le da vértigo la inseguridad del trabajo, que depende de la natalidad, pero también de la suerte de que una baja no comprometa su situación, porque son las gestoras las que deben sufragar su sustitución.

Las responsables de las casas nido reciben como prima entre 29.000 euros, las antiguas, y 24.800, las nuevas, para afrontar un año laboral. «A metade vai para aboar os gastos e moitas de nós temos dous traballos», admite. En su caso es intermediadora inmobiliaria. «O proxecto é moi bonito, fas un labor social porque estás educando e formando aos pequenos», remarca, orgullosa de que los suyos salgan escribiendo su nombre, conociendo las letras y las estaciones, pero considera que caben mejoras por parte de la Administración autonómica para tener más garantías.
Ella acuerda el horario con los padres, entre las 8.00 a 16.00 horas. No tienen servicio de comedor, pero sí les dan la comida que traen sus familias. Estos espacios abren todos los días laborables, excepto un mes al año.
Si María Luz es ya la decana de este servicio en el área, la última en incorporarse ha sido Alejandra Grela Vázquez (Oleiros, 1994). En su caso, llegó tras conocer las casas nido de Monfero, llevadas por oleirenses. Sus primeros pasos laborales los hizo en una constructora, tras estudiar diseño de interiores, pero decidió que su vocación iba más ligada a la educación y se formó. La experiencia en las escuelas infantiles en las que trabajó no encajaban con su modelo y emprendió con la casa nido.
Reconoce que se le hizo largo el período hasta que fue realidad. Tras hacer un estudio y saber que en Paderne había cerrado un proyecto anterior, se decidió por asentarse allí. Le costó encontrar local, ante la falta de oferta. Ahora está en un bajo, ya que estos recintos tienen que ser accesibles, frente al consistorio. Lo acondicionó con los 15.000 euros que da la Xunta para la puesta en marcha. «Me planteé incluso venir a vivir», relata, pero no halló una casa que cumpliera su requisitos para poder albergar su vivienda y la casa nido. Aunque Abebos tiene un espacio interior amplio, ahora se plantea acondicionar la parcela exterior, para sacar a los niños al aire libre con garantías.
«Logré cubrir las plazas sin hacer promoción, empecé el 28 de noviembre con tres niños y luego llegaron el resto», relata, destacando que para el próximo curso ya tiene diez solicitudes. Tienen prioridad los empadronados en el municipio. Como María Luz, Alejandra cree que «el sueldo es el mayor escollo y el futuro económico es incierto», explica sobre su proyecto de Abebos.
Además, de estos dos proyectos, está el de Os Pícaros, en Vilasantar; Os Poliños do Tres, en Vilarmaior, y Tartaruga, en Aranga.