Su tía Rosa fue la que lo animó, en el entierro de su abuela, a dejar las labores del campo de la casa paterna en Irixoa para cambiarse definitivamente a esta ciudad
Los bomberos del parque de A Grela tuvieron que acudir a asegurar ventanas con riesgo de caída y a retirar mobiliario urbano que quedó esparcido por las calles de la ciudad