El conductor fue evacuado en helicóptero con heridas graves. La vecina afectada duerme sentada desde el día del siniestro en un sillón de la cocina
09 abr 2023 . Actualizado a las 14:54 h.Pasaban unos minutos de las tres de la tarde del Viernes Santo cuando Josefa, que dormitaba en el sofá de la cocina mientras veía las noticias, pensó que la casa se venía abajo. Y en parte así fue. Al abrir la puerta de las habitaciones se encontró con un camión empotrado contra su vivienda, un vehículo cisterna que carga leche y que, por suerte, iba vacío en el momento del siniestro. El poste de la luz junto a la casa evitó, además, que el camión se colara hasta la cocina, quizá llevándose a Josefa por delante.
Fueron horas de desconcierto para esta mujer de 84 años que vive en Mesía en una casa a orillas de la N-634, una vía donde el tráfico limita los movimientos de los vecinos. Pronto llegaron los operarios del GES de Curtis y los bomberos de Ordes, pero más se demoró la DGT. «Tuve que regular el tráfico en la parte alta durante más de una hora», señaló ayer una sobrina de Josefa. Finalmente le dio el relevo a dos agentes desplazados desde Ortigueira.
La residente presenció cómo los bomberos rescataban al conductor, que era evacuado en helicóptero con heridas graves al hospital de Santiago.
La casa tiene ahora una nueva entrada por una de las dos habitaciones. El baño anexo se quedó sin luz y sin agua, algo subsanado en la jornada de ayer. Pero a Josefa le han dejado sin cama para descansar. «Durmín no sofá da cociña [realmente es un sillón], bueno, estiven sentada porque quen pode durmir despois de algo así», reflexionó este mujer que vive en esta casa desde que se casó con Enrique, fallecido recientemente. Sus familiares le insistieron en que durmiera fuera de allí, pero se negó. Ahora espera en que el seguro actúe con diligencia para poder tapiar de nuevo la pared derribada por el extraordinario impacto. «Seguirei durmindo na cociña, era nestas habitacións onde eu facía a vida», dice.
Su dormitorio presenta menos daños, pero hay grave riesgo de desprendimientos, así que de la cocina no pasa hasta que se realicen las obras. Sigue arropada por familiares y vecinos que le ayudan a llevar estas jornadas complicadas. Poco podía imaginar Josefa el viernes, cuando veía el Telexornal, que 24 horas después su casa saldría en las noticias. Preguntada sobre la hora del siniestro la mujer señala un reloj que fue de pared pero ahora anda por el suelo. Se detuvo a las tres y seis minutos.