Localizan en Mesía, a 1,35 metros bajo tierra, los restos de los dos guerrilleros antifranquistas

D. Vázquez MESÍA

MESÍA

César Quian

Los trabajos de la ARMH lograron su objetivo al tercer día de excavación detrás de la iglesia de Visantoña

22 ago 2024 . Actualizado a las 18:01 h.

La aparición el miércoles a última hora de la tarde de madera en los trabajos de excavación que comenzaron el miércoles diez voluntarios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) hacía pronosticar que habían logrado su objetivo. Finalmente, este jueves se confirmó la localización de la fosa común donde en 1952 enterraron a los dos guerrilleros antifranquistas detrás de la iglesia de San Martiño de Visantoña, en Mesía.

Los cuerpos de los guerrilleros antifranquistas José Galán Núñez y Manuel Ramiro Souto, vecinos de Almeiras (Culleredo), fueron hallados a 1,35 metros de profundidad. No donde decían los archivos parroquiales sino donde apuntaban los vecinos de este núcleo de Mesía: a la altura de la ventana posterior del templo.

Fueron enterrados juntos, igual que murieron, ya que fueron abatidos supuestamente por la Guardia Civil el 22 de junio del 52 en la cuadra de un vecino que los había acogido. Ambos eran republicanos, luchaban contra la dictadura de Franco y habían participado en diversas escaramuzas en la comarca de A Coruña, antes de que sus vidas acabaran de un disparo. En esa operación de la Guardia Civil sobrevivió otro guerrillero, Juan Couto Sanjurjo, que se rindió y dijo que sus compañeros yacían muertos dentro de la cuadra. Ambos presentaban un disparo en la cabeza y sus familias coinciden en señalar que cayeron víctimas de una traición.

Sus cuerpos quedaron expuestos, a la vista de todos, varios días, después les hicieron la autopsia, ya que para el régimen franquista era importante contabilizar las muertes de la parte contraria y tener perfectamente identificados a los guerrilleros, explica Marco Antonio González, vicepresidente de la ARMH. Después los enterraron en la parte de atrás del cementerio.

Unos vecinos cortaron un pino, esperando que la madera verde los conservara, y los restos de esa caja fue lo que encontraron los voluntarios de la ARMH. Los trabajos de exhumación permitieron descubrir en un primer momento las cabezas y parte del de sus botas. «En este caso tuvieron un cierto rigor funerario, en otros iban volcados directamente en tierra», comenta.

En la zona apareció mucho material de relleno, pero ningún otro resto humano, lo que facilitó la labor del equipo. La limpieza de los restos corrió a cargo del arqueólogo Serxio Castro. «También hay que decir que esta es una zona de tercera», explica Antonio González, que espera que este viernes los trabajos se den por concluidos.

Un sobrino de José Galán estuvo este jueves esperando los avances de la exhumación. Relató que su familiar desertó de la mili, por republicano, y se alió con el Ejército Guerrillero Antifranquista. «A miña nai di que era un irmán agarimoso e que o que el quería era un país mellor, que lera moitos libros», explica emocionado. Relata que la represión no solo fue contra su tío, sino también contra su abuela a la que la dictadura de Franco desterró a Zamora. Nunca se olvidaron de él. A ese cementerio donde este jueves se localizaron sus restos, su abuela y su madre llevaron durante un tiempo flores. Incluso decoraron con piedras una pequeña tumba. Un día apareció revuelta, con signos de que hubieran hecho un ritual con gallinas y entendieron que no los querían allí. En el pueblo, en cambio, se corrió el bulo de que la familia había desenterrado los cuerpos. «Non había unha lei para protexer isto, o que había era medo e represión», comenta el sobrino de Galán, que indica que los nuevos aires a favor de la memoria lo animaron a investigar. Fue a ver dónde los abatieron a 100 metros del cementerio donde fueron sepultados. Hablará con su familia, pero quiere que Galán descanse con su abuela, como homenaje a lo que ella también sufrió.

Teresa Ramiro, prima segunda de Manuel Ramiro, también quiere que él descanse con su madre. «Que a terra que os cubra sexa a que merecen, terra libertaria», expresó, impactada por el descubrimiento. 

Marco Antonio explica que la entrega de los restos no será inmediata a la familia. «Será en un mínimo de seis meses, porque la exhumación se hace fácil, pero el estudio de los restos en el laboratorio lleva dos o tres meses, el problema es mandarlos después al laboratorio genético, porque ahí depende del material genético que tengas, a veces se tiene que repetir la muestra, dependes del laboratorio», precisó, insistiendo en que «este tipo de búsquedas de desaparecidos o represaliadas debería hacerlo el Estado y tener un laboratorio único para agilizar los plazos».

Los trabajos de exhumación están siendo documentados paso a paso por Óscar Rodríguez, uno de los voluntarios desplazados a Mesía, y un archivo fotográfico será entregado a las familias de estas dos víctimas, así como a las personas que quisieron en el cementerio expresar en unos cuadernos sus impresiones sobre una operación que permitirá entregar 72 años después de su muerte los restos de estos dos guerrilleros antifranquista a sus familiares y recuperar, al mismo tiempo, la historia de los que se opusieron a la dictadura no solo durante la Guerra Civil, sino en los años posteriores.

El Concello de Culleredo anunció que colaborará para facilitar el proceso de exhumación de los restos mortales de los dos guerrilleros.

Labor de la ARMH

«En las líneas fundacionales de la ARMH se establece la necesidad de homenajear a todas aquellas personas que fueron asesinadas durante el franquismo y que han sido recuperadas en las exhumaciones. El olvido al que se ha sometido a los familiares y a las víctimas durante los últimos 76 años debe ser reparado», indican desde esta asociación, que no recibe ayudas públicas para realizar sus trabajos. La ARMH inició su andadura en el 2000 a raíz de la exhumación de una fosa común en la que hallaron los restos de 13 republicanos civiles asesinados por un grupo de falangistas el 16 de octubre de 1936. «Trabajamos para dignificar nuestro pasado, pedir justicia a los que la merecieron y no tuvieron, y profundizar nuestra democracia», indican desde una entidad que ha realizado hasta el 2023 un total de 221 exhumaciones y recuperado los restos de 1.731 víctimas, casi un centenar de ellas en territorio gallego.