
La Cantina Sixtina, elección segura entre los veraneantes de Santa Cristina
09 ago 2025 . Actualizado a las 08:50 h.Comer fuera es uno de los mayores placeres del verano. Con el buen tiempo, las vacaciones y los días más largos, sentarse a una mesa al aire libre, con vistas al mar o en una terraza animada, se convierte en un momento casi mágico. El cuerpo lo pide, la compañía lo celebra y el apetito se agudiza. Sin embargo, esa experiencia idílica no siempre se cumple: el miedo a elegir mal, a pagar de más o a salir con la sensación de haber caído en una trampa para turistas sigue estando ahí, presente incluso en los mejores escenarios.
Por eso, cuando se descubre un lugar donde se come bien, el ambiente es acogedor y la relación calidad-precio es honesta, se convierte casi en un tesoro veraniego. La comarca está llena de sitios donde disfrutar de buen producto, pero también es cierto que la afluencia de visitantes en esta época pone a prueba la paciencia de quienes buscan algo más que una comida rápida.
Santa Cristina, en Oleiros, es una de esas zonas donde el verano se siente en cada esquina. La playa, el paseo, los bares llenos a media tarde, el aroma de marisco y pescado… Pero también es un lugar que ha sabido evolucionar. Frente a la época de ocio nocturno de los años noventa, hoy destaca por una oferta cada vez más orientada a la gastronomía, con restaurantes y cafeterías que cuidan el producto y el entorno.
Cachopos de todo tipo
Entre ellos, uno de los más recomendados es La Cantina Sixtina. A escasos metros de la playa, este local se ha ganado un lugar especial tanto entre los vecinos como entre los turistas que repiten visita año tras año. Y gran parte del mérito lo tienen sus famosos cachopos. Ramón Vidal, socio del restaurante, lo explica con naturalidad: «Tenemos dos factores fundamentales. Uno es la terraza, que está prácticamente a pie de playa. Y después, el tema de los cachopos. A la gente le gusta. Es el plato número uno que tenemos».
Y no se trata de cualquier cachopo. La Cantina Sixtina ha sido reconocida en certámenes nacionales e internacionales, consiguiendo incluso el título de campeón del mundo. Esa fama ha hecho que muchos visitantes lleguen directamente atraídos por ese reclamo. «Sobre todo vienen muchos turistas españoles», comenta Ramón.
La carta incluye varias versiones, pero hay tres que destacan por encima del resto. El relleno de chicharrones y grelos es probablemente el más querido por los habituales. Luego está el de cecina, con cebolla caramelizada y queso de cabra, y por supuesto uno de los campeones que lleva anchoa de Santoña. Para quienes no quieren comprometerse con uno solo, existe la opción de los cachopines, versiones más pequeñas que permiten compartir y probar varios sabores. «Si tú y yo tomamos un cachopín cada uno, partimos por la mitad y así probamos dos sabores diferentes», propone Ramón con entusiasmo.
Pero no todo es cachopo. En la carta también hay pescados frescos, ensaladas de temporada, productos de concha y clásicos gallegos como los pimientos de Padrón, las croquetas o diferentes tipos de arroces. Todo acompañado por un ambiente relajado, con cerveza bien servida y una terraza donde siempre parece haber una buena conversación.
Durante el verano, La Cantina Sixtina abre ininterrumpidamente desde la una del mediodía hasta la medianoche. Eso permite acercarse sin prisas, ya sea para comer, tomar algo o disfrutar del final del día con el mar al fondo. «También viene gente simplemente a tomar una caña, pero sobre todo vienen a comer», afirma Ramón.
Con el aumento de visitantes en temporada alta, se hace casi imprescindible reservar, sobre todo los fines de semana.