Élida Rodríguez: «En mi casa hasta a la tortilla le echamos salsa de churrasco»

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Élida Rodríguez, gerente de salsas O Preve
Élida Rodríguez, gerente de salsas O Preve EDUARDO PEREZ

O Preve está a punto de cumplir 35 años y la empresa continúa ampliando su oferta

21 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En una historia con muchos condimentos. Todo empezó por casualidad. «Mis suegros regentaban el supermercado La Plaza en Sada», comenta Élida. Su marido, Pedro Babío, interviene en la conversación para aportar más detalles. «Un día mi madre estaba en la carnicería del establecimiento y un señor pidió carne para hacer un churrasco y un poco de perejil, orégano y tomillo para elaborar una salsa. Mi padre escuchó aquello y se le ocurrió que podían hacerla ellos», relata. Una anécdota que fue el germen de la empresa O Preve que, a punto de cumplir 35 años, distribuye más de medio millón de botellitas de 175 mililitros de cinco salsas diferentes: churrasco, chimichurri, churrasco picante, adobo y bravísima, esta última solo para aficionados a las sensaciones fuertes. «Estamos a punto de lanzar la sexta de la familia, una para pescado. La hicimos los de la segunda generación, pero se la dimos a probar al patriarca porque tiene muy buen paladar», avanza Élida Rodríguez González, gerente de la firma de la que su marido es socio y en la que trabajan cuatro personas. Parecen pocas para la cantidad de botellitas que salen de su planta de envasado de Sada y que estamos acostumbrados a ver en casi todas las tiendas y supermercados. «El nombre en gallego sería Prebe, pero cuando lo fueron a registrar lo pusieron con uve», apunta.

Gusto por la natural

El fundador de la empresa también trabajaba hace casi 40 años en el banco Etcheverría de Sada. Le comentó a su director, José Regueiro, la idea de hacer salsas que se le había ocurrido en el supermercado. Fue el inicio de una historia hermosa con tintes dramáticos. José falleció tiempo después en un accidente tremendo en el que también murieron su mujer y su hija. En la vida de Élida también hay episodios amargos. «Nací en Asturias y mi padre se murió en un accidente en el mar cuando yo tenía ocho años. Nos vinimos para aquí y estudié en el colegio O Mosteirón. Después conocí a Pedro», recuerda. Episodios tristes en una familia que se dedica a alegrar las comidas. La primera salsa de su historia fue una que «se distribuía en unas casitas de madera en las que iban doce botellas. Le llamábamos salsa especial carnes, que después pasaría a ser la de churrasco. Todas las recetas las hizo mi suegro mezclando aceite de oliva, vino, vinagre, condimentos, sal y especias. Las más utilizadas son perejil y orégano, y, como condimento, el ajo. No le añadimos agua, ni colorantes, ni nada artificial. Por eso en nuestras botellas va la frase ‘El gusto por lo natural'», explica. Cada día producen unas 2.400 botellas de salsa de churrasco, la más demandada. Le siguen la chimichurri, el adobo y, por último, las picantes. «Cuando eres chaval metes de todo en el cuerpo. A mi hijo, que tiene 31 años y es programador informático, le encanta el picante. Desde Sada vendemos a toda Galicia, Asturias, Castilla y León, Madrid, Cataluña y algo de Portugal», destaca.

Salseros de siempre

En su familia no se cumple lo de en casa del herrero… «Somos salseros. Si tomamos arroz le echamos la bravísimo, a los pescados también. En mi casa hasta a la tortilla le echamos salsa de churrasco», confiesa. Hoy empieza el verano, la época más fuerte de pedidos, en especial esta semana de San Juan. La empresa cumple 35 años y su gerente 50. Antes, Élida trabajó con su suegra en la frutería Mari. «Me gusta el contacto con la gente y esto es más frío porque te relacionas por correo electrónico y teléfono». Le gusta cocinar (de forma natural y con sus salsas). «Intento llevar una vida sana y salir a caminar nada más levantarme», comenta esta mujer que disfruta con la música de Fito, Queen o Novedades Carminha. «Y, para bailar, la música salsa. La salsa me gusta de todo tipo», confiesa sonriente.