Leña: La brasa como eje central de una carta con platos modernos e internacionales

Triunfó con Rubia y Gallega y sus propuestas canallas, pero Alexandra Moraes es de las que no sabe estarse quieta y cuando surgió el momento, lo aprovechó. «Apareció este local con la particularidad de sus parrillas y me pareció una gran oportunidad porque en Matogrande no existía esa oferta. Así que me lancé», sostiene la propietaria de Leña, un local polivalente, con una decoración muy cuidada con una propuesta que gira en torno a la brasa. «Son 800 metros cuadrados de local, tiene una terraza interior, un sitio para eventos, los fines de semana hay música en directo… », enumera esta emprendedora brasileña.

Dos de las tres parrillas con las que cuenta este local son para carne. La gran estrella es el chuletón de ternera gallega suprema, hecho al punto que quiera el cliente, pero los amantes de la carne disfrutarán igual con la chuleta, el entrecot, solomillo o la picaña. El churrasco —lo hay de ternera y cerdo y puede acompañarse de chorizo criollo y rojo— es la opción favorita entre las familias. «En las mesas en las que hay niños, el churrasco siempre triunfa», sostiene. Cuentan con dos hamburguesas, una de vaca con escarola, queso de tetilla y mayonesa, y otra de churrasco de cerdo con lechuga, queso del país y salsa barbacoa, que no dejan indiferente a quien las prueba.

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La tercera parrilla se reserva para los pescados. Cuentan casi siempre con la opción del bacalao a la brasa con calabaza y verduras, pero incluyen otras sugerencias que dependen del mercado. «Puede haber lubina, sargo, rodaballo… lo que haya del día», comenta Moraes.

La oferta se completa con una serie de propuestas perfectas para compartir, con inspiración en la cocina clásica, pero a la que se le añaden toques modernos e internacionales. En esta línea de combinaciones atrevidas, pero acertadas están el calamar frito con alioli de lima, el jurel marinado con pico de gallo de frutas o el canelón de rabo de toro al curri de Jaipur. Pero también encajan el clásico pulpo a la brasa con puré de patatas, el steak tartar o las croquetas —de jamón o marisco— que siempre son una apuesta segura.

A los más golosos les costará decidirse entre la torrija con helado de mandarina de Bico de Xeado, el milhojas de crema de manzana asada o la mousse de chocolate y salsa de toffee. 

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