El sitio de mi recreo: platos diarios creativos y cuidados en un negocio con orgullo de barrio

Desde hace unos meses, el barrio del Agra do Orzán amplió y subió de nivel la oferta gastronómica de la zona gracias a las propuestas honestas y cuidadas que salen de la cocina de El sitio de mi recreo, un local en la ronda de Nelle con vistas al paseo de los Puentes donde hacen brillar el producto fresco sin necesidad de complicaciones artificiosas. Al frente del negocio están Charly Vásquez y Borja del Canto, dos amigos con amplio bagaje hostelero que, tras una primera etapa en la histórica cafetería Denver de Villa de Negreira, vieron la oportunidad de trasladarse a un local más amplio y con más posibilidades. «Apostamos por un menú del día diferente al de la zona, con elaboraciones más cuidadas y producto del día fresco. En el plato del día siempre hay una opción de mar y otra de carne. No es alta cocina, ni mucho menos, pero encajó y la respuesta está siendo muy positiva», señala el primero de los socios, que también es el responsable de los fogones.

Es en ese abanico de opciones diario es donde sale a relucir la creatividad del chef. En función del producto que encuentra en mercados y lonja surgen platos con combinaciones atrevidas, pero que sorprenden en el paladar como la entraña a la parrilla con chimichurri de piña, el abadejo con crema de mostaza y manzana, el jarrete asado con miso y vermú o los espaguetis con crema de champiñones y salmón asado. «Son platos que sacian, a precios contenidos porque entendemos que somos un negocio de barrio. La gente agradece la variedad que les ofrecemos y también esa apuesta de estilo diferente», sostiene. 

Además de la apuesta por los platos diarios, cuentan con una pequeña carta con opciones sencillas que consiguen hacer brillar con toques personales y mimo en su cocinado. Entran en este capítulo sus exquisitas croquetas caseras de cecina, el jugoso raxo o una ensaladilla con una cremosidad que invita a no parar de comerla. «Lo preparamos todo aquí, cuidamos mucho las elaboraciones. Que la fritura del calamar sea fina, que el raxo no se pase, que las croquetas sepan a lo que tienen que saber…. Son además platos que abarcan a un público muy amplio y hay gente que viene específicamente a por ello», comenta con orgullo.

Ofrecen también un par de bocadillos (el de calamares con alioli es de obligada prueba) y hamburguesas —de las de toda la vida, nada de gourmet— de ternera gallega que acompañan de combinaciones propias. La Riquiña, con brotes tiernos cebolla caramelizada y salsa gorgonzola hará las delicias de los queseros, pero la Rabuda, con queso, bacon crujiente, pepinillos y salsa especial, tampoco defrauda. «De cara al verano añadiremos más platos para darle un empujón más a la carta, pero siempre cuidando que el producto sea fresco y que haya rotación. Y la idea es tener también arroces por encargo: de bogavante, con almejas o zamburiñas y, seguramente, alguno con secreto y pimientos de Padrón», añade el Vásquez. 

Y para quienes quieren un broche dulce, cuentan con tartas caseras que aprueban con nota. «La que más sale es la Sinfonía, son tres bizcochos diferentes, de vainilla, chocolate y red velvet, y van mojados en crema de dulce de leche. Es muy vistosa. Entra por los ojos, pero en cuanto la prueban, conquista», concluye.  

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