Alla Romana (A Coruña): pizzas artesanas con estilo propio para transportarte a Italia de un bocado

Cuando uno va callejeando por la zona de San Nicolás es fácil que se encuentre con un nutrido grupo de personas disfrutando en la calle de una pizzas que, con solo con mirarlas, uno sabe que son bocato di cardinale. Esas deliciosas porciones salen del horno de Alla Romana, la pizzería que Karen Apólito y Enzo Auditore abrieron hace casi tres años y con la que consiguen transportar a sus clientes de un solo bocado al corazón de Italia. «Abrimos para probar si este estilo de pizza funcionaba y parece que sí. Intentamos ir innovando poco a poco, añadiendo nuevos sabores y combinaciones. Los ingredientes son frescos, los compramos a diario», asegura Karen, la sonrisa que te recibe siempre en este coqueto local que rezuma espíritu italiano por todos sus costados.

Parte del secreto de su éxito está en la masa artesanal que utilizan tanto para sus pizzas al corte como para las focaccias, calzones o girellis (un rollo de masa con ingredientes). «Tiene una fermentación de 24 horas y una humedad del 80 %. Al hornearla queda suave, crujiente y ligera. La receta es de Enzo, la aprendió trabajando en Nettuno, un pueblo cerca de Roma en el que vivíamos», explica la mitad femenina de esta pareja de hosteleros. Sobre esa masa disponen combinaciones de ingredientes clásicas (la de cherrys asados con ricota fresca resulta exquisita), pero también otras más personales con las que consigue sorprender. Es el caso de la Épica, con cebolla, guanciale, roquefort, fior di latte y grana padano, o la Gladiatore, donde el picante del salami y la nduja (una especie de sobrasada) quedan compensados a la perfección por el pastrami y la mozzarella. También es creación suya la Caprese, con base de tomate natural, un sabrosísimo pesto genovés casero y que termina con fior di latte y albahaca fresca.

Siguen con esa línea de mezclas de ingredientes atrevidas y propias también en sus focaccias y calzones. La de pastrami, pepinillos y mozzarella o la de mortadela (¡de la de verdad!) burrata y pistacho son de obligada prueba, pero cualquiera de sus opciones no defraudará. Completan su oferta con un puñado de platos caseros con sello italiano con los que uno siempre acertará como la lasaña de ragú de carne (similar a la boloñesa, pero con sutiles diferencias), una sabrosa parmigiana de berenjena o unos espaguetis con auténtica carbonara. «Nuestra oferta encaja en todo tipo de clientes, desde niños a mayores. Tenemos una clientela fiel y hemos ido creciendo gracias al boca a boca. Estamos muy agradecidos», concluye orgullosa. 

Además de en el propio local, uno puede disfrutar de sus propuestas a través de las plataformas de comida a domicilio y también puede encargarlas para recoger allí. 

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