Una Semana Santa «horribilis» para los restaurantes de A Coruña: «El viernes, de 50 personas, la mitad nos cancelaron en el último momento»

VIVIR A CORUÑA

Luis Veira e Iria Espinosa en Taberna 5 Mares
Luis Veira e Iria Espinosa en Taberna 5 Mares Eduardo Pérez

El sector de la hostelería denuncia que cada vez más clientes en la ciudad practican el «no show». En locales como Árbore da Veira y Eclectic, la gota ya ha colmado el vaso. Debate: ¿Deben los restaurantes cobrar una fianza cuando se hace una reserva?

10 abr 2023 . Actualizado a las 18:21 h.

Los de fuera dicen que en Galicia nos pasamos el día hablando del tiempo. Esta suerte de obsesión —si llueve, malo; si no llueve, peor— puede pasar algunos límites cuando convierte a los ciudadanos en maleducados e irresponsables. Los días festivos invitaron a muchos coruñeses a ir en busca del sol, dejando aparcados los planes que tenían previstos para la Semana Santa, algunos de los cuales implicaban una reserva en un buen restaurante. Iria Espinosa, copropietaria de Árbore da Veira y de Taberna 5 Mares, explica que cada vez son más las mesas que se quedan colgadas en sus locales por motivos tan poco justificados como que salga el sol en concellos vecinos, mientras en A Coruña reinan las nubes. Al tiempo que una marisquería de Bueu advertía que una mesa de once clientes habían hecho un no show —lo que en la jerga hostelera se conoce como no presentarse a comer cuando se tiene reserva—, los restaurantes de A Coruña vivían su semana horribilis precisamente por este motivo.

Espinosa no oculta su enfado y rabia al hablar de este tema, e indica que próximamente sus locales tomarán medidas al respecto. Según relata, solo el Viernes Santo la mitad de las mesas que tenían reservadas en Árbore da Veira a través de la aplicación de El Tenedor se cayeron en el último momento. «Hablamos de que de 50 personas cancelaron unas 25, yo nunca había visto cosa igual; y ya le dije a Luis [Veiga, su socio] que creo que esto es solo la antesala de lo que pasará en verano». Explica que hay restaurantes que no sufren demasiado el vaivén de cancelaciones y reservas, pero que en un estrella Michelin, como es el caso de Árbore da Veira, es complicado llenar en un día las mesas canceladas con la gente que está en lista de espera, porque muchas veces se trata de clientes foráneos y porque en fin de semana o períodos vacacionales la gente tiene otros planes. Además hay que tener en cuenta que donde está situado, el monte de San Pedro, no es una zona de tránsito.

«De momento solo pedimos fianza cuando son mesas de más de ocho personas, pero es algo que tenemos que revisar, porque el perjuicio económico que nos suponen estas cancelaciones es brutal; no solo dejamos de facturar, sino que perdemos dinero porque vamos al mercado en función de las mesas que tenemos cada día para garantizar el producto más fresco», comenta esta chef.

En el restaurante Eclectic, como explica uno de sus copropietarios, Sergio Musso, el Viernes Santo ocurrió algo similar. «Es un día que tendría que estar el restaurante lleno, y había cuatro personas en el local porque el resto de mesas cancelaron con menos de 24 horas». Sigue Musso: «Para que la gente lo entienda, si compramos un bogavante azul, que es carísimo y para que merezca la pena tiene que estar extremadamente fresco, hacemos cuentas con las mesas que tenemos reservadas, si después los clientes no aparecen, ¿qué hacemos con ese dinero que nos hemos gastado y con el desperdicio alimentario? Yo no entiendo por qué la gente tiene tan asumido que un hotel, si no vas, tienes que pagarlo pero esto no ocurre con los restaurantes». Además, este chef añade que precisamente como muchos comensales no asumen que algunos restaurantes cobren fianza, y si no aparecen con el local se queden ese dinero, les dejan críticas negativas en plataformas tipo TripAdvisor «que han supuesto la ruina de la reputación de muchos restaurantes», termina.

Sergio Musso y Paco Chicón, del Eclectic
Sergio Musso y Paco Chicón, del Eclectic Verónica Vázquez Vázquez

Juan Fernández, dueño de las cervezotecas Malte, explica que no contempla, por el momento, pedir un depósito a sus clientes. No obstante, cree que cada vez más grupos reservan en varios locales y, a última hora, se decantan por el que más les apetece, dejando colgado al menos a un restaurante. Por otro lado, comenta que para facilitar el contacto con los comensales cogen las reservas vía WhatsApp. «Y siempre incluimos la coletilla de que las reservas aguantan 15 minutos más de la hora estimada, y recordamos que, por favor, en caso de demora avisen».

Este paternalismo que en otros gremios es poco menos que impensable también lo asumen ya, de manera natural, en el restaurante Terreo. Sus mesas se encuentran entre las más codiciadas de la ciudad. «Para evitar los no show estamos muy encima de los clientes, llamando para reconfirmar. Es una pérdida de tiempo tremenda, pero es una solución para los que no cobramos fianza, que es algo que estamos valorando».

Quique Vázquez y Ana Señarís, del restaurante Terreo
Quique Vázquez y Ana Señarís, del restaurante Terreo ANGEL MANSO

Quique Vázquez, copropietario de este local de San Andrés, apunta también que aunque en Terreo no les ocurrió, el runrún en la hostelería de la ciudad esta semana fue la cantidad de mesas que se quedaron sin ocupar por culpa de clientes que no asistieron a su cita. Y añade otra tónica que empieza a ser habitual, y que sufren en este restaurante: «Las reducciones del número de comensales sí son frecuentes. Una reserva para cuatro y que, de repente, lleguen dos».