El fin de la «cultura de los 10 céntimos»: los bares de A Coruña se quedan sin propina

VIVIR A CORUÑA

Hosteleros de la ciudad lamentan que el pago con tarjeta ha reducido notablemente estos pluses. «En una cuenta de 70 euros te pueden dejar 3 euros, y esto quien tiene el gesto», comentan

07 sep 2023 . Actualizado a las 13:08 h.

«Hay que prohibir que los europeos viajen aquí hasta que aprendan a comportarse». Una camarera neoyorquina hizo saltar la liebre hace unos meses, al alertar de la tacañería de unos españoles que en una cena de 694 dólares dejaron 70 de propina, una cuantía que ni se acerca al plus del 20 % que suele dejarse en Estados Unidos. Es habitual que al otro lado del Atlántico asocien nuestro país con la Cofradía del Puño Cerrado en materia de propinas; la cuestión es que algunos hosteleros, aquí, ya compran la canción. El encarecimiento de la vida, la estandarización del uso de la tarjeta de crédito y una cierta opacidad sobre quién y cómo reparte estas dádivas son factores suficientes para que las propinas se encuentren al borde de la extinción, al menos en A Coruña.

«No es solo que el pago con tarjeta haya perjudicado a las propinas, es que si redondeamos al alza cuando pagamos con tarjeta, hay que entender que después el importe del tique no coincidirá con la factura, y a nivel fiscal esto es un problema», explica Héctor Cañete, representante de los hosteleros de A Coruña. De hecho, indica que «en muchos establecimientos a final de año hay un descuadre en la caja de unos 12.000 euros por propinas que tienen que ser tributadas». Continúa: «Es dinero que normalmente se retira de la caja y los propietarios de los bares reparten con buena voluntad entre sus trabajadores, pero legalmente no es lo correcto, porque ese dinero hay que declararlo». A este embrollo con el fisco se le añade que cada vez son menos los que llevan unas monedas en el bolsillo, esas pensadas, de hecho, para las propinas. «La cultura de los diez céntimos se ha perdido», lamenta Cañete.

Por otro lado, se ve que los españoles llevamos años sin revisar las propinas que dejamos. «Los cien euros de hace diez años no valen lo mismo que ahora, y esto se aplica a cuando dejamos un euro de propina después de una comida en un restaurante».

Jorge Otero tiene dos locales en la ciudad herculina y percibe que, aunque en el covid los clientes volvieron a ser especialmente espléndidos, «en la actualidad, y creo que está directamente relacionado con el pago con tarjeta, por lo general la gente ya no se deja ni un céntimo en consumiciones pequeñas y en cuentas más holgadas diría que deja propina uno de cada cinco clientes». Esto lo perciben también en el bar Os Codillos, en Elviña. «Quienes son de dejar propina siguen teniendo el gesto, pero es verdad que cada vez son menos las personas que llevan monedas sueltas para pagar el café y esto repercute en el plus que solía dejarse al personal».

Haciendo números, Otero calcula que si antes un camarero podía sacarse a lo largo del año un sueldo y medio extra, o incluso dos, ahora cree que como mucho llegará a una mensualidad. «Por ponerte un ejemplo ahora por una comida de 70 euros se están dejando 3 euros de propina».

El reparto de las propinas es otro tema candente en la hostelería que se ha complicado con la pérdida de circulación de dinero en efectivo. «En cada local se acuerda si la propina se reparte o no y cómo: si se distribuye entre todo el personal, entre la cocina y la sala, si se hace por turnos...», explica Cañete. No obstante, en cualquier caso el Tribunal Supremo dejó claro en el 2021 que los jefes no pueden prohibir que los empleados acepten dinero de los clientes, dejando claro que esta retribución no puede, en ningún caso, considerarse salario.

Quique Vázquez, del restaurante Terreo, insiste en que la tarea del reparto de propinas se ha complicado mucho en los últimos tiempos, desde que los comensales piden a los camareros que la metan en la cuenta. «Hay aplicaciones pero todavía es latoso, así que nosotros seguimos haciendo cálculos».

TipOn es una app, efectivamente, diseñada en España que permite que los responsables de servicios de hostelería repartan estos pluses entre los empleados, haciendo que lleguen directamente a su cuenta bancaria. El cliente solo necesita escanear con su móvil un código QR (proporcionado al local por TipOn) e indicar la propina que desean dejar, puede ser una cantidad preestablecida o elegir ellos el importe exacto. Desde TipOn aseguran que de este modo los locales se ahorran problemas de contabilidad derivados del cobro de las propinas por medio de tarjetas y la declaración de ingresos que no corresponden a los beneficios del restaurante.