Polémica por la primera fila en el concierto de Taylor Swift de Lisboa: un coruñés se coloca delante de las «swifties» VIP

Y.G.

VIVIR A CORUÑA

Samuel Valls, asistente al concierto de Taylor Swift  de Lisboa.
Samuel Valls, asistente al concierto de Taylor Swift de Lisboa. Cedida

Samuel Valls cuenta a La Voz cómo él y varios seguidores de la cantante accedieron a la parte delantera sin tener pases prémium

28 may 2024 . Actualizado a las 17:01 h.

Estar delante de todo en alguno de los conciertos de Taylor Swift cuesta dinero. En el caso del próximo espectáculo en el Santiago Bernabéu, por ejemplo, las entradas VIP ascienden a 589 euros. Cifra que no pagó Samuel Valls, que vive a caballo entre A Coruña y Barcelona, pero que, como otros grupos de personas, consiguió ver casi desde primera fila a la protagonista de The Eras Tour.

Dos seguidoras que habían pagado casi esos seiscientos euros para estar lo más cerca posible de la cantante estadounidense subieron un vídeo a sus redes sociales en donde contaban cómo diferentes personas sin pases VIP estaban accediendo a primera fila: «No son VIP, ellos pagaron 300 euros menos por sus entradas y están caminando por delante de nosotros», dice una de las afectadas en su vídeo.

Lo que incluye ese paquete más caro es un pase general, con entrada anticipada y merchandising exclusivo de Taylor Swift, como pegatinas, una tote bag, un pin o una postal. Fuera del acceso prémium, el coste de las entradas asciende a unos doscientos euros. 227 es lo que pagó Samuel Valls, afirma a La Voz. 

El catalán de madre gallega cuenta que pudo acceder a una posición más cercana que las autoras del vídeo de denuncia porque ellas no se movieron mientras entraban el resto de seguidores avanzaba: «Ellas estaban colocadas en un punto con más gente con tal de ver a Taylor un poco más de frente y nosotros elegimos estar más cerca y verla un poco más lateral. Entonces, cuando esa gente que teníamos delante se puso en pie, nosotros pudimos avanzar y la zona de estas chicas no tanto, porque había bastante más gente; entonces acabamos al lado de ellas», dice.

La cuestión es que las entradas prémium permiten entrar antes a la pista, sin embargo, no se accede a un área limitada: están con el resto de seguidores. «La discusión vino un poco porque ellas están acostumbradas a que en Norteamérica las pistas de los conciertos tienen separación entre VIP y no VIP, pero aquí lo que tienen ellas con el VIP es entrar antes que nosotros y un pack con merchandising exclusivo de Taylor Swift, por lo que si no aprovechan el poder entrar antes van a ver el concierto exactamente igual que nosotros», explica Samuel.

Las afectadas no contaban con ese movimiento de gente y, por eso, se quedaron sin estar en primera fila: «Lo siento, nosotras no nos esperábamos esto. Aquí no hay magia», dicen en el vídeo. A pesar de este sentimiento inicial, el problema no fue más allá: «Mis amigas me dijeron que al final las americanas les pidieron perdón y una vez empezado el concierto no hubo ningún problema, todos bastante bien», finaliza.

El deseo por estar en primera fila también es el que ha llevado a varios seguidores de la cantante estadounidense a ir con pañales a los conciertos. La idea es evitar dejar el sitio que se ha conseguido para ir al baño. Después resultaría muy complejo volver porque el resto de seguidores se pensaría que se está colando.