Cenando con Pablo y Champi Muros en el «templo» coruñés de los chuletones: «Esta carne está más tierna que el día de la madre»

VIVIR A CORUÑA

El crítico gastronómico y el creador de contenido gallego hicieron parada en Divino Steak House, restaurante de O Burgo, para adentrarse en una carta que los dejó tan satisfechos que bautizan el local como «el paraíso cárnico». Su vídeo en YouTube acumula en solo unos días cerca de 130.000 visitas
13 ene 2025 . Actualizado a las 16:46 h.Con más de 600.000 suscriptores en su canal de YouTube y vídeos en los mejores (y peores) restaurantes del mundo con millones de visualizaciones, Pablo Cabezali, conocido como creador de contenido como Cenando con Pablo, ha ganado fama en los últimos años como crítico gastronómico. Capaz de gastarse más de 2.000 euros en establecimientos del turco Salt Bae y probar chuletones bañados en oro, el influencer hizo parada en Galicia recientemente para visitar Divino Steak House, local de referencia en O Burgo, muy cerca de A Coruña, en lo que a la preparación de carnes se refiere. No fue solo, le acompañó Santiago Caamaño, Champi Muros para quienes lo siguen en redes sociales como Instagram o Tik Tok. «No he venido nunca, pero he oído hablar de él muy bien», dijo a Cabezali. El motivo de su parada en el local pretendía demostrar si la fama de «templo de los chuletones en A Coruña que le precedía» estaba justificada . Y ambos iban a poner de su parte para comprobarlo, probando hasta ocho elaboraciones distintas, entre entrantes, postres y platos principales, siendo en estos últimos donde la parrilla de Leo Cao, uno de los dos hermanos que están al frente del local, tuvo especial protagonismo.
Antes de afinar el paladar, ambos se fijaron en la estética, que consideraron «simple pero elegante», sin muchos artificios y cediendo el protagonismo a las vitrinas refrigeradas que contenían chuleteros de buey y de vaca para que el comensal ya afronte desde el primer momento la materia prima a la que se va a enfrentar. «Nunca he tenido tanto valor económico a mis espaldas», fue el comentario de Pablo tras repasar los cortes y procedencias de la carne expuesta.
Abriendo boca con cecina de buey, carpaccio de vaca, berberechos y croquetas
Ya con la carta en la mano, repaso a los platos y momento de escoger. «Mira, berberechos de Noia, donde vivo yo ahora», fue el comentario de Champi Muros. Iba a ser una de las pocas concesiones en el menú a algo no cárnico. El primer entrante fue la cecina de buey con queso de vaca madurado (18 euros la media ración). Solo con la presentación, ya lamentaban no haber pedido el plato completo. «Pinta acojonante, teníamos que haber pedido la completa, quiero que la gente vea esta pasada de infiltración», se refieren a la grasa perfectamente presente entre la parte magra de las lonchas. «Tiene un sabor muy potente, se aprecia lo blando y lo tierno que está y el queso le da un toque», añadieron tras caras de gusto en cada bocado y concluir que «¡buah, cómo entra!».

Gentileza de la casa, otro entrante fue también un loncheado, el carpaccio de vaca, que de nuevo mereció alabanzas. «Esto tiene más sabor que la cecina, tarda un segundo más en llegarte el sabor y cuando llega, llega», aportó el muradán. El madrileño secundó a su acompañante en la mesa centrándose en la textura: «Se mastica muy fácil, se deshace en tu boca. Desde luego este sitio es el paraíso cárnico».
Paraíso cárnico, pero no tanto de otros dos platos que probaron en el primer tramo de la comida y que generaron peores valoraciones. De los beberechos (22 euros), aunque destacaron su tamaño y frescura, aportando Champi Muros que el pasado diciembre en la ría de Noia en la que reside era escaso el que era «así de grande», perdían algo en boca. «Tiene un aceite cítrico que le da un contraste», continuó relatando sobre el sabor, a lo que Cabezali replicó que «están separados los sabores así, no los mezcla, quizás me gustan más al natural o al vapor». Las croquetas de cecina (la media ración a 13 euros), tenían su cara, «el rebozado fino y crujiente me encanta» y su cruz, «a la bechamel le falta sabor».
Las carnes, «el mejor plato sin duda»
Lo mejor estaba por llegar a la mesa. En teoría la especialidad de la casa. Antes de que se sirviese el chuletón, los dos comensales empezaron por el tartar de solomillo de vaca madurado sobre hueso de tuétano a la parrilla (26 euros). Aquí la crítica fue positiva más allá del sabor, porque «la cuestión es integrar todo cogiendo desde abajo», explicaban sobre el proceso para la degustación, en la que el tenedor debía coger la carne caliente del tuétano y el frío tartar. «Un choque de sabores, avinagrado pero rico. Va de menos a más, el segundo bocado es mejor que el primero», reportaba a cámara Champi sobre «una mezcla que mola» según Cabezali.

Momento para el chuletón de buey selección (120 euros el kilo). «Esto habla solo». «Esto es más tierno que el día de la madre». «¡Qué barbaridad!». Fueron las primeras frases que soltaron en Divino Steak House ambos creadores de contenido empezando a saborear la carne recién sacada de la parrilla. «El proceso ya prometía. Ves el chuletero primero, luego ves el corte, te lo traen aquí a la mesa... la grasa que desprendía eso... un buey de 14 años y está supertierno, buenísimo», fue la unánime conclusión sobre esta delicia, que hasta el cámara que les grababa secundó: «Espectacular».
Para el postre quedaron la tarta de queso do país (8 euros) y el tiramisú (7 euros). Gustó más la receta de origen italiano, con la que se quedaron «sin palabras» debido a su carácter «ligerito» con un queso mascarpone «brutal». La factura final, para tres personas, los dos protagonistas y quien les grababa el vídeo, fue de 335,60 euros.

En esa cifra, se añaden a la comida el pan y las cuatro bebidas con las que bajaron el festín, dos aguas y dos cocacolas. «Yo creo que nos hemos quedado bien», quiso finalizar el youtuber madrileño, que visitó el restaurante el pasado 19 de diciembre y subió el vídeo hace una semana a su canal, rebasando ya las 120.000 visitas.
Antes de despedirse vino a confirmar lo que sin duda distingue a Divino Steak House en O Burgo: «Yo vendría de nuevo, pero pasaría de entrantes y me quedaría con toda la carne, si te gusta tienes diferentes opciones, puedes venir nueve semanas seguidas que vas a tener variedad todos los días».