La protagonista de la trilogía Piratas del Caribe le ha cogido el gusto a los personajes de época. En La duquesa interpreta a una prima lejana de Lady Di despreciada por su marido
08 abr 2009 . Actualizado a las 21:27 h.La actriz británica Keira Knightley vuelve a vestirse de época en su nuevo filme La duquesa. En esta ocasión, la estrella de Piratas del Caribe es la protagonista de una cinta que, basándose en pasajes de la vida real de la aristocracia, narra cómo Georgiana Cavendish, duquesa de Devonshire, aceptó que su marido llevara a vivir a su amante al mismo palacio que ella con tal de mantener su estatus social y no perder la custodia de sus hijos. La vida de Georgiana tiene muchos paralelismos con la de su prima lejana la princesa Diana y, aunque Keira ha evitado hablar en exceso sobre ello, sí confiesa las similitudes entre la vida de ambas mujeres. En Los Ángeles hablamos con esta actriz de 23 años.
-¿Es usted como su personaje, una mujer que se acomoda a las circunstancias sociales, o una rebelde?
-Yo me parezco a Georgiana en la primera parte de su vida. No me importaría nada haber nacido en el siglo XVIII ni formar parte de la aristocracia. Valdría para esa época, porque yo cuando me siento amenazada, soy de armas tomar. En el colegio, cuando tenía que pelearme con alguien me peleaba porque cuando algo es mío lucho por ello. A mí no me preocupa si la gente cree que hago bien las cosas o que no actúo acorde con las reglas sociales. Si no quiero usar vestido largo y prefiero un pantalón, lo uso, porque me apetece. Si quiero gritar mi amor a los cuatro vientos, lo hago; si no, me lo guardo solo para mí.
-¿Cómo se metió en la piel de la duquesa de Devonshire?
-Ella fue mi inspiración, su vida y la biografía de ella escrita por Amanda Foreman en la que está basada el filme. He tratado de retratar a una mujer extraordinaria, distinta, adelantada a su época, inteligente y muy humana, a la que le tocó sufrir las consecuencias de su rebeldía, ella intentó ser feliz y acabó por acomodarse a las circunstancias de su vida. Georgiana era una idealista. Creía en la felicidad, pero al final pudo más su realidad. Es un sacrificio enorme tener que elegir entre el amor de su vida o sus hijos. Además, tuvo que convivir con la amante de su marido. Pero ella siempre fue una superviviente y salió adelante.
-Georgiana fue una de las primeras celebridades. ¿Cree que la fama se ha mantenido igual a lo largo de la historia o es peor hoy en día?
-Es diferente. Voy a decir algo muy obvio, pero los paparazis han cambiado todo. Yo, de hecho, pensaba que la fama era un fenómeno moderno y me pareció muy interesante descubrir que ya existía en el siglo XVIII. No tenían cámaras, pero tenían dibujantes y pintores que la seguían y plasmaban todos sus atuendos. Los periódicos tories hacían terribles sátiras de ella, la ridiculizaban, hablaban de orgías masivas y de lo desagradable que era su ropa. Por otro lado, las publicaciones whigs hablaban de lo maravillosa que era su ropa y sobre su ambición política. Me parece fascinante que sea algo que realmente no hayamos superado en 300 años.
-¿Cuál es su relación con la fama? Usted es, según la revista «Forbes», la mejor pagada de las actrices jóvenes.
-No soy una celebridad. Esa es una etiqueta que los medios me ponen para publicar su información. La gente ve a los artistas como una especie de realeza y les añade cualidades que no tenemos. Nos idealizan y, en realidad, no somos como nos pintan. Yo no voy a casa o con mis amigos diciendo que soy una celebridad y nunca pido trato de reina. A mis padres no les gustaría eso. Yo tengo obligaciones en casa, como cualquier otra persona y pago mis cuentas a final de mes.
-¿Quiere decir que no quiere que le traten como a una duquesa? Al menos su novio la tratará bien.
-Disfruto de las oportunidades de la vida, y estar enamorada y bien correspondida es una de ellas, pero no pido trato de reina ni de duquesa.
-Se ha escrito mucho sobre los paralelismos entre el personaje de la duquesa y la princesa Diana. Ambas, mujeres admiradas por todos menos por sus maridos.
-Me parece un detalle curioso que fueran parientes lejanas, pero hasta ahí llegan las similitudes. Quizás ambas añoraban una vida más libre. Creo que es algo que los productores han dicho a propósito para la promoción de la película, pero Georgiana no necesita comparaciones porque por sí misma es una heroína fascinante: una mujer única, independiente, una feminista que vivió dos siglos antes de la liberación femenina.
-La película muestra la sensualidad de la época que representa, pero va en contra de la impresión general que tenemos sobre la represión sexual de la sociedad inglesa en ese tiempo.
-Está bien aprender la historia cultural de otras épocas, especialmente cuando estás haciendo una película basada en una biografía tan fabulosa. Usando eso como base, para mí fue maravilloso meterme en la vida de este personaje. Pude ir a Chatsworth y conocer a la duquesa de Devonshire actual, me enseñó muchas de las verdaderas pertenencias de Georgina: cartas que escribió, libros de apuestas... era una gran jugadora. Por eso me encanta hacer cintas de época, es una oportunidad única de bucear en la historia.
-Y ya que ha estudiado la época, ¿sabe si realmente eran tan abiertos sexualmente?
-No sé si hablaban de ello públicamente, pero que los hombres tuvieran amantes era muy común. Seguramente me estoy equivocando, pero me parece que la duquesa de Marlborough tenía cuatro hijos y era de conocimiento general que dos de ellos eran de hombres diferentes. Si rascabas en la superficie de la sociedad encontrabas su verdadera naturaleza.
-¿Ha conseguido todo lo que quería en su carrera?
-No, y además creo que nunca voy a conseguirlo todo, ahora quiero seguir haciendo bien mi trabajo, crecer como actriz e incluso me gustaría crear mi propia productora y ayudar a nuevos actores a recibir su primera oportunidad. Creo que ahora tengo que invertir más tiempo en mi vida y dejar a un lado mi carrera, quiero conservar la unidad de mi familia, casarme algún día, tener hijos. Quiero ser una buena madre. Siempre quise ser actriz, pero no es lo único que me inspira en la vida. El trabajo no lo es todo, ni tampoco la vida personal. Hay que complementarlo con el cuidado del espíritu.
-¿Cómo disfruta de su tiempo libre cuando no trabaja?
-Ahora mismo estoy obsesionada con la serie Nip/Tuck y con la telenovela Emmerdale. Cuando estoy en Londres me gusta ir al supermercado cerca de mi casa a comprar frutas y verduras frescas, porque no me gustan las empaquetadas.