Blanca Portillo dará vida en el teatro a la virgen María

EFE

CULTURA

Toni Garriga

La actriz se mete en el papel de una mujer «de carne y hueso, que es mayor y ama, llora y sufre»

14 jul 2014 . Actualizado a las 19:50 h.

La actriz Blanca Portillo se convierte en el escenario del Festival Grec de Barcelona en una Virgen María «de carne y hueso, una mujer mayor que ama, llora, sufre y habla del drama y del espanto de haber visto a su hijo clavado en la cruz». La actriz protagoniza en el festival barcelonés, del 17 al 20 de julio, El testamento de María, un monólogo basado en la obra teatral del escritor irlandés Colm Tóibin, que se ha convertido en novela de éxito. Portillo protagoniza la primera obra teatral del director de cine Agustí Villaronga, autor en 2010 de la premiada película Pa Negre.

La actriz ha subrayado que su personaje es una mujer de carne y hueso a quien el autor presenta como alguien «que quiso muchísimo a su marido y a su hijo». Villaronga pone en escena esta obra en la capilla del Macba, en una coproducción del Grec y del Centro Dramático Nacional.

El artista plástico Frederic Amat es el autor de la escenografía del montaje para el que ha convertido la capilla del Macba en «un espacio de una belleza sobrecogedora», ha explicado Villaronga, en el que se reproduce «una casa, la casa de María». «Es como un retablo, un aleluya de la memoria, un nido en el que María se protege», ha añadido el director de cine.

La música corre a cargo de la cantante y compositora australiana Lisa Gerrard, intérprete vocal del tema de la película Gladiator, Now We are Free, quien ha cedido para la ocasión cuatro piezas de música sufí argelina.

En todo ese ambiente, Portillo protagoniza los últimos días de María cuando, ya mayor, explica como «quisieron que ratificara los textos de los Evangelios y ella se mostró en desacuerdo», ha explicado Villaronga. Es una mujer «que quiere relatar lo que ha vivido, que ha perdido un hijo que defendía unos ideales», ha añadido el cineasta, «es como las madres que ven como su hijo se va a Irak y les devuelven un ataúd». Todo el texto que dirige Villaronga «está enfocado hacia Blanca Portillo, es un espectáculo Blanca Portillo», ha añadido.

La actriz ha explicado que la realización del espectáculo ha seguido «un proceso alegre, suave, de mucha comunicación». «Represento -ha explicado- a una madre llena de amor hacia su hijo y hacia el mundo, a cualquier mujer, a una madre de hoy» y lo que la convierte en «trascendente es que es la madre de aquel chico que cambió el mundo». En opinión de la actriz, «habrá quienes se sientan ofendidos» porque en esta obra interviene el factor religioso y cuando uno cree en algo es difícil aceptar otras cosas. «Lo difícil es ver a esa mujer fuera de un cuadro con angelitos, una mujer enfadada con los discípulos de su hijo, con su propio hijo y consigo misma», ha explicado la actriz.

El personaje, ya en la vejez y a punto de morir, es una sencilla campesina a la que le han arrebatado a su hijo por una decisión divina que no comprende y por un terrible odio humano. Desde su exilio en Éfeso, y como si se tratara de un conjunto de flashes del pasado, María de Nazaret recrea momentos de su vida. La Virgen María ha acabado por no querer ir a la Sinagoga, siente rechazo a todo ese mundo y quiere descansar, ha añadido Villaronga. Esta mujer «pone en duda los Evangelios y no se muestra en ningún momento seguidora de su hijo» y, según Villaronga, el que Jesús sea hijo de Dios le molesta profundamente, ya que ella lo considera hijo de su padre.

El director del Centro Dramático Nacional, Ernesto Caballero, ha calificado el texto de «fabuloso» y ha señalado que es la tercera colaboración de este centro con el Grec, tras el Don Carlo, de Calixto Bieito, y Nadie verá este vídeo, de Carme Portaceli.