Es como acariciar un cactus...

miguel anxo fernández

CULTURA

«Emoji: La película» es equiparable a un emoticono de forma triangular y color marrón que le vendría al pelo

19 ago 2017 . Actualizado a las 10:04 h.

Podríamos comenzar el comentario por un «¡Es el guion, estúpido!», pero realmente también el resto es animación fungible. O podemos precisar mejor y añadir que no supera a los cinco minutos del corto previo, Hotel Transilvania: Puppy!, de Genndy Tartakovsky, que ya prepara la tercera entrega de esa franquicia y aquí muestra al nieto de Drácula, juguetón con su gigantesco perro-mascota. Tampoco es la alegría de la huerta, pero al menos cuenta una historia, algo que no hace Emoji: La película, producto coyuntural a la busca y captura de familias incautas, creyéndose eso de que se puede producir un filme protagonizado por los emoticonos, esas criaturas habituales en la vida cotidiana del Homo Smartphonus, realmente más simpáticas y resultonas para lo que fueron creadas, léase para economizar palabras y sintetizar emociones. Con perdón, y a riesgo de resultar grosero, hay un emoticono de forma triangular y color marrón, que le vendría al pelo…

No acostumbra este crítico al menosprecio integral, en parte porque un filme es labor de equipo, suma de sinergias -más todavía en animación-, y de poco valen los talentos individuales en pos de una trama que pareciera obra del que asó la manteca. Alguien en la división animada de Sony debió de tener muy claro que valía la pena invertir 50 millones en contarnos el drama de Gen -aunque, ojo, gozaron de una buena acogida en su primer fin de semana en la cartelera local-, un emoticono raro entre sus colegas porque carece de filtro y puede adoptar numerosas expresiones, cuando a sus colegas les basta con una. Todo eso ocurre en Textópolis, poblada por ellos. Activará un problema y habrá que solucionarlo. Como es natural, encontrará ayuda para ese objetivo. No falta la villana, como tampoco los usuarios humanos de apps, bastante tontainas, dicho sea de paso. En fin, que la moraleja final acaba siendo la siempre grata del conténtate y reivindícate como eres y que viva la diferencia. Vale, pero cargaron las alforjas equivocadas para ese viaje, hasta en el acabado del dibujo. Créanme, los niños no son tan tontos como para acariciar un cactus.

Ficha técnica

«THE EMOJI MOVIE». EE UU. 2017. Director: Anthony Leondis. Animación. 86 min.