Los 85 Miró portugueses visitan Lisboa

Begoña íñiguez LISBOA / CORRESPONSAL

CULTURA

B. Í.

Su casa madre, la fundación Serralves, en Oporto, no descarta que la colección estatal viaje fuera del país

11 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya están en la capital. Desde el pasado viernes se puede contemplar en las dependencias del imponente Palacio Nacional de Ajuda de Lisboa, que fue residencia de la Casa Real portuguesa, la exposición Joan Miró. Materialidad y metamorfosis, con los 85 valiosos cuadros de la colección Miró en propiedad del Estado luso y pintados por el artista catalán entre las décadas de los años veinte y los ochenta del siglo pasado. Las obras -que permanecerán expuestas en el edificio lisboeta hasta el 8 de enero del 2018- las alberga de forma permanente la sede central de la Fundación Serralves, en Oporto, tras el anuncio realizado por el primer ministro, el socialista Antonio Costa, el 30 de septiembre del año pasado, en presencia de su homólogo español, Mariano Rajoy, cuando inauguraron la exposición que lleva el mismo nombre en el museo Serralves, y donde la colección recibió más de 250.000 visitantes en menos de seis meses

Proyecto diferente

El comisario de las muestras de Oporto y Lisboa, el prestigioso investigador Robert Lubar Messeri, explica a La Voz las diferencias entre ambas. «Es increíble -confiesa-, porque aunque son los mismos cuadros, con la única diferencia de que en Oporto expusimos 78, por las limitaciones de espacio, y aquí hemos traído los 85, lo cierto es que son exposiciones muy diferentes». Lubar quiere dejar clara la idea de que las características del lugar, sus dimensiones y la manera de distribuir los cuadros determinan mucho el resultado final de cada muestra. Es por ello, insiste, que «Materialidad y metamorfosis no es la misma exposición en Serralves que en Ajuda».

B. Í.

Otra de las novedades que salta a la vista, al llegar a la Galería Real del Palacio, es la presencia de una gran tela rasgada obra del artista catalán colgada sobre el techo. Aunque el espacio preferido para Lubar, en la exposición de Lisboa, es «una pequeña sala con seis obras de la colección pintadas por Miró sobre superficie de masonita -pertenecientes a una serie que consta de total de 27, y que están esparcidas por todo el mundo- durante los primeros meses de la Guerra Civil española. Avanza el investigador que en el año 2021 pretenden reunir esas 27 piezas en el Museo Miró de Barcelona, «por el especial significado artístico e histórico que tienen». 

«Como un guante»

Suzanne Cotter, la directora del Museo Serralves, muestra su satisfacción por cómo luce la colección de los 85 Miró en un espacio que es «muy diferente» a Serralves: «Se adaptan como un guante a la grandiosidad de este magnífico palacio», celebra para asegurar que está «convencida de que la exhibición «será un éxito de acogida y de público, al igual que ocurrió antes en Oporto». En este sentido, Cotter advierte del gran crecimiento de visitas de público español en Serralves, «fundamentalmente el gallego -matiza-, por su cercanía y sintonía con nosotros», dice con una sonrisa. Y confiesa un anhelo: «No descartamos hacer otras exposiciones similares a esta fuera del país, en prestigiosos museos internacionales»”.

La colección estuvo envuelta en una gran polémica, durante los años del rescate de Portugal, entre el 2011 y el 2014, ya que el anterior Ejecutivo de centro-derecha, de Passos Coelho, acuciado por las exigencias de la troika, anunció su subasta en una prestigiosa galería londinense, motivando una ola de protestas de indignación, que paralizó la venta. En noviembre del 2015, cuando Antonio Costa llegó al poder, con el apoyo del Partido Comunista y del Bloco de Esquerda, una de las primeras medidas decretadas fue que los Miró no se venderían y permanecerían en Portugal, como así ha sucedido.