«No habrá nunca otra como ella»

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Saioa Hernández es soprano y fue discípula de Monserrat Caballé

07 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La soprano madrileña Saioa Hernández tuvo la suerte de trabajar muy de cerca con Montserrat Caballé. Ayer no ocultaba su tristeza ante la noticia de su muerte. «Estamos todos muy tristes -explica- porque es una gran pérdida para el mundo de la lírica pero sobre todo personal, para todos los que la hemos conocido y somos afortunados de haber recibido sus consejos o, simplemente, de pasar tiempo con ella, porque era una persona fantástica».

Hernández guarda un gran recuerdo de la temporada en la que Caballé ejerció para ella de maestra. «Yo preparé con ella dos roles que fueron mis debuts: Norma e Il Pirata. La primera en Catania, con un estreno premonitorio de lo que iba a ser mi carrera; y el segundo en España. Gracias al tiempo pasado con ella aprendí muchísimo, no solo técnicamente, si no también por la que era su actitud ante la vida, ante el canto, y por lo directa y divertida que fue siempre».

Si la soprano tuviese que destacar algo de Montserrat Caballé sería su sencillez. «Ella era un ejemplo -afirma- por la humildad y la sencillez con la que ha afrontado siempre todo. Decía que ella no era una diva, a pesar de que lo era, lo quisiera o no. Era impresionante la alegría con la que afrontaba todo y también lo es su legado técnico. Su modo de cantar llenó de expresividad el bel canto, no era un bel canto vacío y frío. Me gustaba mucho también cómo usaba ella la voz de techo. No solamente los agudos. Su voz siempre estaba en el sitio justo y era increíble».

Saioa Hernández nunca olvidará el día en que Caballé la presentó en un concierto como «la diva de nuestro siglo». «Lo que dijo en ese momento fue un regalo enorme para mí que me quedará para siempre. Aún me emociono al pensarlo, recuerdo que tenía que salir a cantar después y estaba nerviosísima».

Como alumna de Caballé, Saioa es todo admiración. «Cómo afrontó la carrera, las dificultades que tuvo por las distintas enfermedades... Era de una fortaleza increíble. No habrá nunca nadie como ella».