Peter Jackson: «Me emociona hallar un libro que despierte mi curiosidad»

María Estévez NUEVA YORK / COLPISA

CULTURA

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El cineasta escribió y produjo «Mortal Engines», que adapta la primera novela de una tetralogía futurista

26 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Al realizador Peter Jackson le fascina crear universos. Su nuevo mundo retrata una civilización posapocalíptica del futuro. La humanidad se ha adaptado a una nueva forma de vida sobre ruedas donde gigantescas ciudades en movimiento se atacan despiadadamente en pos de recursos. La protagonista es Hester Shaw, a quien da vida la actriz Hera Hilmar, que se cruza con Tom Natsworthy (Robert Sheehan), un huérfano. Estos dos jóvenes opuestos forjan una alianza que está destinada a cambiar el curso de los acontecimientos. Jackson, productor y escritor de la cinta, estuvo interesado en Mortal Engines desde que leyó los libros de Philip Reeve. Esta es la adaptación de la primera de las novelas fantásticas que forman la tetralogía The Mortal Engines Quartet. La dirige Christian Rivers, que debuta tras la cámara después de participar en los efectos visuales de El Hobbit y El señor de los anillos.

-¿Cómo ve la relación entre los dos protagonistas principales?

-Su enfrentamiento inicial es fundamental para la relación porque, obviamente, si se llevaran bien no habría historia. El drama natural necesita tener personas que se oponen violentamente entre sí para que la historia las vaya uniendo. Hester es antisocial, salvaje y dañada, no solo físicamente, en la cara, sino que ha sido criada por un robot psicopático. Su madre murió cuando ella tenía seis años. Así que ha estado cargando ese dolor y quiere matar al hombre que la asesinó. Ella es un personaje singular e increíblemente interesante. Tom es lo contrario, la historia del aprendiz alegre y optimista, un tipo que, obviamente, tiene un millón de amigos. Pero termina siendo expulsado de la ciudad con Hester y no sabe cómo sobrevivir.

-¿Cómo eligió a los actores?

-Bueno, Hera es simplemente maravillosa, es un enigma. Tiene ese tipo clásico de Ingrid Bergman, porque es misteriosa. Y no regala nada, lo guarda todo dentro. Y creo que entiende a Hester muy bien. Rob es en realidad el tipo optimista, burbujeante, positivo, ingenioso, con muchos amigos y cree que es Tom, que es la guía en este viaje, nos representa a nosotros, los espectadores.

-La protagonista, con esa cicatriz, brinda una heroína diferente.

-Sí. Sin embargo, la cicatriz es mucho más brutal en el libro y no pudimos hacerla como se describe. Es suficiente cicatriz para decir Dios mío. Pero cuando la película termina, por el carácter del personaje, ni siquiera la ves. Es peligrosa, y, aunque sea una víctima, no es una víctima.

-Hay mensajes y uno es que los niños se separarán de sus padres y, obviamente, es político.

-No soy un tipo de mensajes. Pero se trata del impacto inmediato del clima, el futuro que nos espera. La película habla del consumismo, de esa voracidad por acabar con los recursos. A mí me gusta hablar de la humanidad. En realidad es bastante divertido tener una historia donde una forma de vida que se ha disfrutado durante cientos de años está llegando a su fin. Aunque no nos guste, no podemos hacer nada.

-¿Un gran éxito como «El señor de los anillos» influye en las decisiones de proyectos futuros?

-No puedo pensar que cualquier cosa que haga ahora va a superar a El señor de los anillos. Probablemente nunca volveré a hacer una película tan exitosa. Quiero hacer buenas películas, ya sean grandes o pequeñas, y siento la presión continua de hacer una buena película. Pero nunca pienso que haya llegado a la cima. Lo que realmente me motiva, me emociona es hallar un libro o una idea o un guion que despierten mi curiosidad. En ese caso, leo los libros y literalmente quiero verlos en la pantalla. Lo mejor, cuando eso me sucede, es hacerlo tú mismo.