La Royal Shakespeare Company renuncia al dinero del patrocinio de la petrolera BP por su responsabilidad en el calentamiento global
CULTURA
La afamada compañía teatral adopta esta decisión presionada por miles de jóvenes activistas británicos preocupados por la crisis climática y el futuro del planeta
03 oct 2019 . Actualizado a las 08:58 h.La Real Compañía de Shakespeare del Reino Unido, especializada en obras del dramaturgo inglés, rescindirá el contrato de patrocinio que mantiene con la petrolera británica BP (anteriormente British Petroleum), tras recibir presiones de jóvenes ecologistas, anuncia este miércoles en un comunicado.
La Royal Shakespeare Company (RSC, en inglés) explicó que la «compleja» decisión de suspender a final de año la ayuda económica que desde el 2011 recibe de esa empresa no se ha tomado «a la ligera», pero al final no ha «podido ignorar» el mensaje de los estudiantes activistas contra la crisis climática.
BP patrocinaba un programa para vender entradas muy rebajadas a jóvenes de entre 16 y 25 años, pero estos mismos jóvenes escribieron a la RSC en agosto para reclamar que rompiera los «repulsivos» lazos entre la petrolera y las obras de Shakespeare.
«Si los jóvenes deseamos ver una obra a precio rebajado en su teatro, nos vemos obligados a promover a una empresa que de hecho está destruyendo nuestro futuro, al destrozar el plantea», decía la carta firmada por jóvenes de todo el Reino Unido.
El director artístico de RSC, Gregory Doran, y la directora ejecutiva, Catherine Mallyon, reconocieron que el vínculo con BP «está erigiendo una barrera» entre la compañía teatral y los jóvenes a los que precisamente quiere atraer.
Por su parte, BP expresó su «decepción» por la decisión de terminar el contrato «prematuramente» y apuntó que «justo lo que no se necesita» es excluir a las empresas que están «comprometidas con hacer progresos reales».
La petrolera, que patrocina otras instituciones culturales en este país, como el Museo Británico, trabaja para cumplir «el doble reto» de reducir las emisiones nocivas y al mismo tiempo abastecer «la creciente demanda mundial de energía», según manifestó en un comunicado.
Morten Thaysen, portavoz del grupo ecologista Greenpeace, opinó a su vez que «pese a los millones que arroja (la empresa) para limpiar su reputación a través de campañas y patrocinios, su complicidad con la crisis climática les están atrapando».