Mario Casas: «Una escena de sexo es, en el cine, pura coreografía»

Antonio Paniagua COLPISA / MADRID

CULTURA

Susanna Sáez / EFE

El actor gallego es el personaje central de «No matarás», largometraje del director David Victori que se estrena este viernes

15 oct 2020 . Actualizado a las 11:17 h.

El largometraje No matarás es un rápido descenso a los infiernos. Y el que sufre este periplo sorprendente es el actor gallego Mario Casas, el intérprete principal en esta película que mantiene un ritmo frenético y que muestra cómo un hombre de buen corazón se va transformando a toda velocidad en una fiera a la defensiva debido a las extremas circunstancias en las que se ve inmerso. Dirigida por David Victori, la cinta se estrenó recientemente en el Festival de Cine Fantástico de Sitges y el próximo viernes se estrenará para todos los espectadores en las salas de cine. No matarás cuenta la historia de Daniel, un hijo que cuida a su padre enfermo hasta el último momento. Casas comparte reparto en esta citan con Milena Smit, Elisabeth Larena y Fernando Valdivielso.

-¿Qué le exigió el director David Victori para interpretar a Daniel, el personaje al que usted encarna en este largometraje?

-Durante los ensayos para esta película estuve trabajando en la construcción del personaje con el director y con un coach que me acompaña desde hace tiempo en mi trabajo. Me daban sorpresas para que no mecanizara la actuación.

-¿Considera que un tipo corriente puede llegar a matar?

-Creo que sí. Generalmente no sabemos todo lo que hay dentro de una persona. Daniel, el personaje al que doy vida, es alguien que lleva sometido muchísimos años por su padre, un tipo que está enfermo y al que tiene que cuidar. Por eso Daniel arrastra una timidez excesiva, no sabe decir «no» y vive con muchos miedos, y ya se sabe que el miedo es el mayor enemigo que uno puede tener.

-Por cierto, la crisis del coronavirus ha demostrado que al final es más importante un cuidador que un especulador en bolsa. ¿Comparte usted esta reflexión?

-Ostras, madre mía. Pues no tengo ni idea de cómo es un especulador en Bolsa, pero, si tengo que elegir, creo que me quedo con un cuidador, con uno como el que interpreto, que opta por cuidar a su padre hasta la muerte.

-No matarás tiene un ritmo frenético. ¿Es frecuente en el cine español este tipo de películas?

-Sí, creo que hay de todo en el cine español, desde la comedia familiar de Santiago Segura hasta el cine de autor muy personal. Este es un filme salvaje y entretenido, con un ritmo trepidante. Además es muy sensorial. Considero que es una película ideal para ver en la pantalla grande.

-¿Por qué usted suele pedir en los rodajes que le llamen con el nombre del personaje al que interpreta?

-Siempre lo hago, esa es la típica cosa que hacemos los actores, que somos unos intensos. Es una manera de sumergirme en el personaje. Que me llamen por mi nombre puede sacarme a veces de la escena.

-¿Existe algo que le haya hecho identificarse con este personaje?

-El hecho de que me gusta cuidar de los míos, protegerlos.

-Hay mucha trifulca en la cinta que protagoniza. ¿Una buena pelea en el cine es como una coreografía?

-Lo es. Completamente. Una pelea e incluso una escena de sexo en el cine son pura coreografía. En las escenas violentas del cine todo está muy calculado. Los productores siempre temen que te hagas daño, porque entonces no puedes seguir trabajando en el rodaje al día siguiente. Yo soy muy intenso, voy muy al límite. Alguna vez he salido un poco magullado. Los días de rodaje en que toca pelea hay mucha más tensión, muchos más nervios. 

-¿Cómo ha sido la experiencia de rodar por la noche?

-Pues rodar de noche es matador. A partir de las tres de la mañana suena mi alarma. Uno está mucho más cansado y el cuerpo te pide dormir, de modo que has de hacer un esfuerzo para no desactivarte. Por eso no me gusta la noche.

-¿Cuáles son sus actores de referencia?

-Un referente enorme para mí es Javier Bardem, que es extraordinario no solo por lo que ha conseguido sino por la manera que tiene de transformarse. Del extranjero, admiro a actores como Tom Hardy, Shia LaBeouf, Joaquin Phoenix, Robert de Niro, Marlon Brando... Son actores que huyen todo el rato de su zona de confort. Te pueden gustar más o menos sus películas, pero arriesgan constantemente.

-¿Ese cambio de piel y de alma que se hace con los personajes trastoca el equilibrio mental algunas veces?

-Sí, los personajes de una manera u otra siempre te trastocan. Confieso que El practicante, mi largometraje anterior, de Carles Torras, me trastornó mucho. Para esa película adelgacé bastante y estuve dos meses en una silla de ruedas y eso, claro, te afecta. Si tu físico cambia, pero la verdad es que tu estado emocional también.

-Hay una escena, un primer plano, que puede suscitar curiosidad. Llora de forma muy auténtica. ¿En qué pensaba cuándo la hacía?

-El coach y el director habían grabado un audio con testimonios de toda mi familia y mis amigos. Era una canción y de fondo se escuchaba cómo cada uno iba diciendo su frase. No me lo esperaba. Cuando entré a rodar y oí lo que estaba sonando... Es una escena única.

-He leído que le gustaría dirigir.

-Sí, me gustaría. La verdad es que me apetecería algo que tirara al drama y al cine de autor. Una historia pequeña.