Fallece Paddy Moloney, el gaitero irlandés que tenía a Galicia como su segundo hogar

Héctor J. Porto REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Paddy Moloney, líder de The Chieftains, en un concierto en Galicia en 1996.
Paddy Moloney, líder de The Chieftains, en un concierto en Galicia en 1996. Xosé Castro

En los últimos seis decenios el músico fue el gran animador de la escena celta internacional

13 oct 2021 . Actualizado a las 17:35 h.

La presencia del músico irlandés Paddy Moloney va mucho más allá de su papel como líder y fundador de la banda de folk The Chieftains, que ya de por sí no es pequeño. Él, con su bonhomía, su saber hacer, su conocimiento y su alegría, llenaba el escenario, pero es que además arrastraba a otros creadores, ya que ejercía su liderazgo sin imposición incluso fuera de las tablas. Una de sus virtudes mayores estaba en que no conocía límites para la música y fue así como proyectó el folk y lo celta fuera de sus fronteras naturales. Y no solo en lo geográfico, sino sobre todo en lo musical.

El legendario artista, ganador de seis premios Grammy con The Chieftains, contribuyó al Óscar a la mejor banda sonora del filme de Stanley Kubrick Barry Lyndon y fue maestro intérprete de instrumentos de viento como la gaita gaélica o la flauta irlandesa -también del acordeón y de percusiones como el bodhrán, el tambor irlandés-. Tuvo claro siempre que había que extender los dominios de su música, que la pureza no podía ser una barrera, que en un mestizaje sin pérdida de las raíces estaba el futuro. «No pienses solo en tu pequeño país, piensa en clave universal, en el mundo», recuerda Carlos Núñez que le dijo un día su querido maestro y que fue este sabio consejo lo que reenfocó y salvó su carrera.

Moloney estaba convencido de que su grupo debía apostar por el enriquecimiento explorando territorios ajenos, penetrar otras músicas, el rock, el blues y el pop, en particular, y de este modo no dudó en tocar y colaborar con artistas tan variopintos como Van Morrison, Sting, McCartney, Dylan, Mike Oldfield, Madonna, Knopfler, Dulce Pontes, Lou Reed, Ry Cooder, Elvis Costello, Willie Nelson, Sinéad O’Connor, Tom Jones, Art Garfunkel, Los Lobos y Marianne Faithfull, entre otros. Hasta The Rolling Stones, la banda británica encabezada por Jagger y Richards, Sus Satánicas Majestades, no dudó en participar a mediados de los 90 en la grabación de Rocky Road to Dublin para el álbum de The Chieftains The Long Black Veil.

Tras el éxito de Barry Lyndon, Moloney entendió también el cine como un trampolín privilegiado, así compuso piezas para las bandas sonoras de películas como Braveheart y Gangs of New York, y otras cintas menores como Tristán e Isolda (1981), La isla del tesoro (1990), Corazones robados (1996), Bajo el sol (1998) y Agnes Browne (1999).

Todo esfuerzo de visualización era bienvenido para convertir la música irlandesa en un gran espectáculo que fuese reconocido y festejado en cualquier lugar del planeta, quizá solo superado por la cerveza negra Guinness, como les gusta proclamar.

En España, Kepa Junquera, Milladoiro y Carlos Núñez fueron algunos de sus referentes, aunque en el caso del gaitero vigués el vínculo se estrechó de una forma inusual, ya que lo tomó bajo su protección desde muy joven y se erigió en su gran valedor. Esa amistad afianzó su ya asentada relación con Galicia -donde la banda siempre fue cálidamente acogida-, que alumbró un disco emblemático en su catálogo, Santiago, por el que obtuvieron su quinto Grammy y en el que hacían una adaptación sui generis de A rianxeira (Guadalupe).

Había fundado en su propia casa la banda The Chieftains, en noviembre de 1962, originalmente integrada por Seán Potts (flauta irlandesa), Michael Tubridy (flauta irlandesa) y Seán Keane (violín). Y en la década siguiente, en 1979, tras algunos cambios, quedó consolidada con Keane, Kevin Conneff (bodhrán y voz) y Matt Molloy (flautas).

Moloney -que estaba casado y tenía tres hijos- falleció en la madrugada del martes en Dublín, a los 83 años, según informaron sus allegados. Había nacido en una familia de músicos, en la que comenzó ya muy joven a formar grupos siempre con la tradición del folk irlandés como fundamento, su gran tesoro pero también su gran herramienta de trabajo. Él convirtió estas sonoridades minoritarias en un arte para el consumo y el disfrute de las mayorías. Para Núñez, «Moloney y The Chieftains son a la música celta lo que Camarón al flamenco y Miles Davis al jazz».

«Murió de tristeza», lamenta su amigo Carlos Núñez

El músico gallego Carlos Núñez despedía este martes emocionado a Paddy Moloney, a quien considera su maestro. Se mostró convencido de que el gaiteiro irlandés «murió de tristeza, porque aceptaba muy mal llevar ya casi dos años sin salir de casa» debido a la pandemia. Así estaba desde que en marzo del 2020 The Chieftains se vieron obligados a interrumpir la gira estadounidense de San Patricio. «Todo esto le afectó terriblemente. Hablé con él por última vez el 2 de agosto, por su cumpleaños -relata Núñez-, y echaba muchísimo de menos tocar, el contacto con el público». Uno de sus sueños, le aseguró, era reencontrarse en Galicia, que «sentía como su segundo hogar», para poder subir de nuevo juntos al escenario. En el último concierto que compartieron, celebrando los 30 años de colaboración sin interrupción, en el verano del 2019, en Madrid, explica el gaiteiro vigués, lo vio «en inmejorable forma, pleno de facultades y tan ilusionado como siempre, en una noche que le llegó al alma». Por eso cree que fue la tristeza, el pesar de tan largo encierro lo que acabó con su vida.

Este mismo miércoles Carlos Núñez prevé viajar a Dublín para verse con los demás miembros de The Chieftains, con los que está en contacto, y darle el último adiós a su viejo líder. En sus redes sociales, colgó algunas fotografías de momentos y conciertos compartidos para despedir a su mentor: «Nuestro querido maestro de The Chieftains acaba de partir a las estrellas. Hoy la música de Irlanda y la música celta del mundo entero llorarán esta pérdida histórica. Se nos ha ido un padre para todos nosotros. Gracias infinitas, Paddy. Llevaremos tu legado hasta el fin del mundo», escribió.