Gustavo Martín Garzo: «Creo que en el fondo siempre he sido un frustrado director de cine»

María Doallo Freire
maría doallo OURENSE / LA VOZ

CULTURA

Gustavo Martín Garzo, a su paso por el reciente festival de cine OUFF.
Gustavo Martín Garzo, a su paso por el reciente festival de cine OUFF. Miguel Villar

El autor vallisoletano dirige el corto «El secreto», basado en un texto de Zúñiga

25 oct 2021 . Actualizado a las 13:45 h.

Empezó a imaginar historias siendo todavía un niño. Pocos años después se esmeraba en narrar a sus amigos las que veía y disfrutaba en la gran pantalla. «Era la época de aquellos programas dobles de películas, sesiones continuas, cuando el cine era el entretenimiento más asequible, lleno de ilusión, y cuando entrabas en las salas sin saber lo que ibas a ver», recuerda el escritor Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948). Así comenzó su fascinación por el séptimo arte, aunque el autor vallisoletano optó profesionalmente por la literatura.

Es experto en el arte de contar. Ha escrito decenas de libros maravillosos, el último, El árbol de los sueños, que vio la luz el pasado septiembre. Y al mismo tiempo ha estrenado el que es su segundo cortometraje, El secreto. Se lanzó con el guion y la dirección cinematográficos en el 2015, con el corto Un dedo en los labios, aunque el resultado no le convenció y no ha sido hasta ahora cuando admite que empieza a sentirse a gusto en este rol.

La presentación del nuevo proyecto audiovisual de Martín Garzo, que está basado en un relato breve de Juan Eduardo Zúñiga, es lo que le trajo hace unas semanas a Galicia. El secreto ha sido uno de los filmes protagonistas del Festival de Cine de Ourense, en donde el escritor y cineasta estuvo acompañado por la actriz protagonista del proyecto, Sagra Fernández. Este fue el pistoletazo de salida para el corto, que hoy se verá en su tierra, en la Seminci de Valladolid, donde además se rodó la pieza.

-Ahora sí, ¿está por fin satisfecho con el resultado de su trabajo en el cortometraje?

-Creo que todos hemos quedado bastante contentos con el resultado. Fue una aventura que no sabíamos a dónde nos podría llevar, tal y como deben ser todas las aventuras. Y lo cierto es que fueron tres días de rodaje muy intensos, llegando a trabajar catorce horas seguidas sin darnos cuenta de que el tiempo estaba pasando. La película responde a nuestra idea inicial, es pequeña y modesta, realizada por un grupo de amigos, pero cada cual especialista y profesional en lo suyo. Creo que en ella se cuentan cosas que merecen ser escuchadas, una bellísima historia de amor sobre una mujer que fantasea con una pareja invisible.

-¿Cómo ha sido adaptar a un escritor como Zúñiga?

-Ha sido como un hermoso juego. Eso sí, aplicando la seriedad con la que los niños se toman los juegos. Hemos disfrutado tratando de lograr una película que hiciese disfrutar a los demás. Nuestra espinita es que Zúñiga se murió, con 100 años, mientras nosotros estábamos en el proceso de grabación. Y nada nos habría gustado más que que él hubiese podido juzgar el resultado. Es un corto muy literario, en el que el texto de Zúñiga se ha respetado con puntos y comas. Es un cuento, con toques sobrenaturales, que me fascinó nada más leerlo y quise convertirlo en imágenes. Me encandilaba la idea de hacer visible a alguien que no lo es, pienso que es una metáfora poética.

-¿Qué fue primero, el escritor o el director de cine?

-Para mí el cine es un sueño que me acompaña desde que tengo conciencia de existir. Yo he llegado a pensar que me dedico a escribir porque no tengo la capacidad para dirigir películas, o sea que en el fondo soy un frustrado director de cine. Siempre he tenido el deseo de hacer algo y lo cierto es que El secreto es el primer trabajo audiovisual del que me siento muy satisfecho. De hecho, si se piensa, la mayoría de directores son a su vez escritores, creo que son dos formas de arte que están completamente relacionadas. El cine es la forma de trasladar a imagen las palabras, aunque tengo que admitir que la mayoría de mis novelas surgen a raíz de una imagen, de escenas que yo veo en mi cabeza, no a raíz de una idea concreta.

-¿Eso mismo le ha pasado en la creación de su último libro, «El árbol de los sueños»?

-Sí, en este caso tenía intención de escribirlo desde hace muchísimos años, porque nace de la inspiración de uno de mis libros favoritos, Las mil y una noches, de hecho tiene una estructura muy parecida. Es un homenaje a ese viejo oficio, enorme y mágico, que es el arte de contar.