Coetzee inicia su inmersión en el Prado

G. Novás REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El escritor John Maxwell Coetzee, de visita en el Prado, junto a su director, Miguel Falomir (a la derecha), escucha las explicaciones del jefe de conservación de pintura flamenca, Alejandro Vergara.
El escritor John Maxwell Coetzee, de visita en el Prado, junto a su director, Miguel Falomir (a la derecha), escucha las explicaciones del jefe de conservación de pintura flamenca, Alejandro Vergara. Museo del Prado

Patinir, el Bosco, Van der Weyden, Picasso, el Greco y «Las meninas» sedujeron al escritor sudafricano

20 jun 2023 . Actualizado a las 22:16 h.

A punto de cumplirse veinte años de la concesión, en octubre del 2003, del Nobel de literatura a John Maxwell Coetzee —y cuando el lector todavía no ha podido olvidar el impacto de su novela Desgracia—, el escritor sudafricano llegó a Madrid para inaugurar el proyecto Escribir el Prado. Este martes hizo su primer recorrido por la colección del museo —en donde protagonizará una estancia de tres semanas—, acompañado del director de la pinacoteca, Miguel Falomir, y del jefe de conservación de pintura flamenca y de las escuelas del norte hasta 1700, Alejandro Vergara.

Con el apoyo de la Fundación Loewe y la colaboración de la revista Granta en español, la iniciativa invita a autores de acreditado prestigio internacional a reinterpretar, desde la creación literaria y la imaginación narrativa, las obras de arte del museo. En su paseo, Coetzee pudo contemplar, seducido, cuadros de Patinir, el Bosco, Van der Weyden y, finalmente, la galería central, con parada en la exposición Picasso, el Greco y el cubismo analítico, y en la sala de Las meninas.

El próximo 3 de julio, Coetzee mantendrá una conversación abierta al público con su traductora al español, Mariana Dimópulos, en el auditorio del museo. El autor —que poco a poco ha ido consolidando una excelente recepción en el mercado editorial español— publicó su última novela, El polaco, en castellano antes que en el idioma inglés original.

Coetzee interrumpe su residencia habitual en Adelaida (Australia), donde imparte clases en la universidad, para establecerse en Madrid haciendo de la pinacoteca pública su centro de actividad y contemplación. A partir de este proceso, escribirá un texto vinculado al Prado, el primero de una colección que se focalizará en la exploración de los vínculos expresivos entre la ficción y las artes plásticas.