El Año Picasso termina en A Coruña con la obra feminista de ORLAN: «Salir de la sombra, no seáis la mujer de»

CULTURA

ORLAN, artista.
ORLAN, artista. Cedida.

Partiendo del legado del pintor malagueño, la artista ha creado una serie de piezas que apelan a la emancipación del sexo femenino

17 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

2023 tuvo como protagonista a Pablo Picasso (Málaga, 1881-Mougins, 1973), con un programa de 50 actos, 42 exposiciones en ocho países y un presupuesto de seis millones de euros para honrar la figura del pintor en su 50 aniversario. Una conmemoración que nació con el compromiso de no obviar la compleja, tormentosa y desigual relación que el malagueño tuvo con las mujeres. Ese debate ha llegado a A Coruña este sábado con la inauguración de ORLAN: Esta é a miña historia... da arte, de la artista francesa ORLAN. Una exposición que completa los actos del Año Picasso en la ciudad herculina.

El núcleo de esta muestra, que se puede ver hasta el 14 de febrero en el salón municipal de exposiciones de Palexco, es una reinterpretación de los retratos de la serie La mujer que llora, de Picasso. Un catálogo de estampas que se han quedado adheridas a la figura de Dora Maar, como una especie de testimonio de la tormentosa relación de amor entre los dos artistas. Maltratada psicológicamente, quedó rota de dolor e ingresada en un psiquiátrico. Una vida de dedicación al genio, que le llevó a la angustia, que inspiró al malagueño.

ORLAN no juzga a ninguno de los dos artistas. Y no duda en defender el legado de Picasso: «Siempre se ha renovado en sus obras», dice. Sin embargo, en esta serie de obras, trata de apelar a la emancipación de la mujer. «He puesto mis ojos desorbitados sobre Dora Maar, mi nariz de lago, mis orejas al revés, por supuesto, mis protuberancias como signo de emancipación y mi boca gritando, lista para morder», explica sobre su creación. «Mi meta a día de hoy es decir a todas las mujeres contemporáneas que se encuentran todavía en la sombra o que se sientan como objeto "dejar de someteros, dejar de llorar y emanciparos aunque eso signifique morder. Salir de la sombra, no seáis la mujer de''», añade.

Un sentimiento agresivo frente a la masculinidad que está presente en las creadoras de hoy, desde el comercial «Las mujeres no lloran, las mujeres facturan», de Shakira. Al combate a lo Mike Tyson y Holyfield, que protagoniza Nat en la película Un amor, de Isabel Coixet, tras sufrir una agresión sexual por parte de su casero.

Esta oposición al yugo del patriarcado se mantiene presente en la obra L'Origine de la guerraA orixe da guerra—, que también se puede ver en A Coruña. La obra de ORLAN es una reinterpretación del cuadro El origen del mundo (1866), de Gustave Courbet. La artista francesa defiende que la creación de su compatriota, una vagina en primer plano, es horrible. «Lo que se hace es cortar los brazos, las extremidades, y ponerlo de cualquier manera», sentencia. En cambio, su recreación es una pieza similar, donde sustituye la vulva por un pene. Imagen que ya es transgresora en sí misma, pero que vehicula como acto de protesta. «Me parecía muy importante hacer esta obra y estrenarla en el día de hoy en el contexto de guerras que hay hoy en día», dice.

ORLAN: Esta é a miña historia... da arte también exhibe una serie de desnudos de la propia artista. Entre ellos, destaca Corps-Sculptures. Desnudo descendiendo la escalera con tacones de cuña. Una obra explícita que contrapone los desnudos sensuales de la muestra sobre Helmut Newton, que se puede ver en el muelle de Batería. ORLAN explica que el trabajo del fotógrafo y el suyo no tienen nada que ver. La fotografía de la francesa elimina cualquier sexualidad o belleza del cuerpo de la mujer. «Los desnudos que se ven en las revistas son siempre iguales, con posturas de flirteo o sensuales y de mujeres con cuerpos iguales, con el mismo tipo de belleza».

Esta defensa frente al envite de la masculinidad no solo es conceptual o ideológica. ORLAN es una damnificada más del actual ordenamiento social. «Mi obra es buena, tengo un currículo de muchas páginas, y sí, mis obras se venden, pero si fuera un hombre se venderían con muchos ceros de más», explica. Una discriminación que no solo se circunscribe a lo económico, sino también a su capacidad artística: «Al principio los medios de comunicación decían que estaba loca, enferma, que lo que hacía no era arte, quizá incluso han llegado a cuestionar mi visión del arte».

Este compromiso social sigue latente en ORLAN. Cuenta con angustia como en su país algunos profesores han sido agredidos por enseñar pinturas que mostraban desnudos. «Parecía que estábamos avanzando, pero creo que hoy en día estamos yendo hacia atrás. Por ejemplo, en Estados Unidos el aborto es ilegal. No entiendo por qué hay leyes que sí que controlan el cuerpo de la mujer pero no hay leyes que controlen al cuerpo de los hombres», sentencia.

Este presente poco halagüeño camina, según la artista, hacia un futuro peor por culpa de las redes sociales. «Son abominables, hoy en día hay influencers, tanto chicos como chicas, que ganan muchísimo dinero con los prejuicios y las malas costumbres que la gente de mi época lucharon por abolir. Es decir, hoy en día lo que reflejan las redes sociales es un cuerpo sexi, lo más estético posible, ser una mujer objeto». «Ganan mucho dinero pero reflejan a la mujer que tiene que complacer al hombre», añade.