Rod Stewart: la gran estrella del rock n' roll llega hoy a Galicia con su brillo intacto

Javier Becerra
JAVIER BECERRA REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Hincha. Rod Stewart fotografiado en la grada del Celtic- Aberdeen que tuvo lugar en octubre.
Hincha. Rod Stewart fotografiado en la grada del Celtic- Aberdeen que tuvo lugar en octubre. Russell Cheyne | REUTERS

El músico británico actúa en A Coruña a punto de cumplir 80 años y tras anunciar que en el 2025 se retira de las grandes giras

15 dic 2024 . Actualizado a las 11:03 h.

Esta noche será la primera vez que Rod Stewart actúe en Galicia (A Coruña, Coliseum, 21.00 horas). Y, con toda seguridad, también la última. Mito del rock, mira al fin de su carrera y avista un escenario mucho más relajado para este último tramo. En el 2025 se despedirá de las grandes giras. Eso sí, con un intenso tour por Estados Unidos y Europa, incluyendo su actuación en el Festival de Glastonbury como pionero total. Luego, anuncia que seguirá vinculado a la música mientras pueda. Por ahora puede. «Tengo 79 años, una cabellera completa y puedo correr 100 metros en 18 segundos», dijo el mes pasado en su cuenta de Instagram para certificar con humor su estado actual en la escena. En enero se convertirá en octogenario.

Aunque el pasado agosto tuvo que cancelar algunos conciertos por una faringitis, el británico defiende de manera plausible su figura en el escenario ante miles de seguidores que lo adoran. Porque Rod Stewart es una leyenda de esas que hay que ver si existe la posibilidad. Actuando cerca de casa, se convierte casi en una obligación para el aficionado. Eso sí, si el bolsillo permite adquirir los tiques van de 85 a 136 euros. Ayer aún quedaban algunas entradas disponibles para este recital enmarcado dentro del Gozo Fest.

Músico de origen obrero, Rod Stewart nació en la zona norte de Londres en 1945. De joven probó fortuna en el fútbol, y llegó a jugar en categorías inferiores del Brentford, un equipo de tercera división. Pero pronto sintió la llamada de la música. Su padre era seguidor de Al Jolson, al que Stewart mamó desde niño. Después, Little Richard y Bill Haley lo empujaron al mundo de un rock del que no saldría más. A los 15 dejó el colegio y alternó todo tipo de trabajos: desde una imprenta a obrero en un cementerio, pasando por repartidor de periódicos. Pero, tras un grupo con escolares, empezó a pulular por diferentes bandas. Primero, en la formación de rhythm and blues The Dimensions, cantando y tocando la armónica. Después, en otras como Hoochie Coochie Men, The Soul Agents, Steampacket y Shotgun Express. Se hizo un personaje muy conocido en la escena mod. De hecho, a mediados de los sesenta se le conocía como Rod The Mod Stewart.

Su primer hito llegó en 1967 cuando entró en The Jeff Beck Group, donde también estaba Ron Wood, que poco después se unió a los Rolling Stones. Participó en Truth (1968) y Beck-Ola (1969), discos aclamados. Pero pronto surgieron Faces, una banda de efímera existencia y, para muchos, infravalorada, pero con gran influencia posterior. Sus cuatro títulos —First Step (1970), Long Player (1971), A Nod Is as Good as a Wink... to a Blind Horse (1971) y Ooh La La (1973)— inspiraron a cientos de bandas en todo el planeta, como Black Crowes, The Quireboys, Primal Scream y aquí M-Clan.

Pero donde explotó totalmente Rod Stewart a nivel popular fue en solitario, una carrera que ya había empezado en paralelo a sus bandas en 1969. Con Every Picture Tells A Story (1971) logró su primer éxito, e inició un paseo por la gloria comercial que lo llevó incluso a coquetear con la música disco en temas como Da Ya Think I'm Sexy? y con los sintetizadores con Passion. Son piezas que arrasaron en las discotecas, mientras su público más purista fruncía el ceño y empezaba a tildarlo de hortera. Él, con su pelo rubio de punta y esa actitud de estrella encantada de conocerse, obviaba cualquier reparo de poca autenticidad. Se quería y se dejaba querer, convertido en uno de los solistas más famosos de la época. Curiosamente, ese sonido sintético sería reivindicado tiempo después por grupos indie, como War On Drugs, alabados por la crítica contemporánea. Young Turks, por ejemplo, podría pasar por un single suyo.

En los ochenta, el paseo por las listas de ventas fue constante. Out of Order (1988), su alianza con Andy Taylor (Duran Duran) y Bernard Edwards (Chic) supuso un éxito mayúsculo. Luego, su carrera funcionó empujada por la leyenda sin grandes hitos, asentándose en su papel de icono con un pasado glorioso y un presente que consiste en recordarlo constantemente y darse todo tipo de caprichos. El último ha sido Swing Ferver (2024), su disco de swing con Jools Holland. Una delicia. Eso sí, a Galicia llegará con una formación de lujoso roquero soft tipo Las Vegas. Con su repertorio trufado de versiones, sus cuerdas, sus vientos y esa sonrisa brillante del que conoce todos los trucos para ganarse a la audiencia una vez más.