¿Quién teme a la Galicia feroz? Una historia del metal extremo en el fin del mundo

Serxio González Souto
Serxio González REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Jorge Fernández, músico, profesor de piano en el conservatorio de Ourense y miembro de la banda Scent of Death, es el autor del libro «Una historia del metal extremo en Galicia».
Jorge Fernández, músico, profesor de piano en el conservatorio de Ourense y miembro de la banda Scent of Death, es el autor del libro «Una historia del metal extremo en Galicia». Miguel Villar

Jorge Fernández, profesor y doctor en Estudios Literarios, reivindica la cultura musical gallega más afilada frente al olvido de la historiografía oficial, en un libro riguroso y revelador que recorre los orígenes del género

02 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Más o menos al mismo tiempo que el mundo celebraba la eclosión de la movida viguesa, un puñado de chavales trabajaban en la oscuridad, distribuidos por la geografía urbana (aunque existen alucinantes excepciones de extracción ruralita, por así decirlo) de Galicia. Sin apenas conexión entre territorios, sin apenas saber tocar, sin apoyo público ni un duro en el bolsillo, pero enormes ganas de hacer suya la música afilada que llegaba a cuentagotas a sus casetos —con suerte al tocadiscos de algún colega o de un hermano mayor—, aquella gente fue capaz de levantar a pulso una vibrante escena, que arrancó con el heavy en los años 80 y evolucionó hasta cristalizar en el metal extremo que protagonizó la década siguiente.

Jorge Fernández Taboada (Ourense, 1975), profesor de piano en el conservatorio de Ourense y doctor en Estudios Literarios por la Universidade de Vigo, acaba de publicar Una historia del metal extremo en Galicia. En ella recoge las tremendas vicisitudes que atravesaron los pioneros de un género vivo y feroz, músicos en la mayoría de los casos excelentes a quienes la historiografía oficial olvida una y otra vez.

«El libro parte de la tesis con la que me doctoré, en el área de Literatura Comparada. La verdad es que no me apetecía que se quedase en un estante cogiendo polvo, porque si esperamos por los registros oficiales, que no recogen nada, pasaría el tiempo y de toda esta gente y de todo este trabajo no quedaría ni un solo recuerdo, como si no hubiesen existido nunca», subraya el autor.

Basta echar un ojo a los anaqueles de las librerías, salpicados por varias historias de la música gallega contemporánea. Algunas de ellas, fruto de un trabajo exhaustivo que recopila hasta la más cutre grabación de Juan Pardo. Pero no contienen un solo capítulo dedicado al metal, como si entre Siniestro o Radio Océano y Los Suaves o Heredeiros da Crus no hubiese sucedido nada en Galicia más allá del folk, el pop, la pachangada y el meritorio fenómeno bravú.

Una veintena de bandas

Jorge sabe perfectamente de lo que habla, ya que a su condición de profesor une su potente conexión con la música extrema a través de la banda de brutal death metal Scent of Death. «La historia se acota a los orígenes del género, entre 1990 y 1998. Me detengo en la irrupción de internet, porque marca el fin de una época y el comienzo de otro paradigma», explica el autor. El libro se articula a través de entrevistas y detallada documentación sobre una veintena de grupos, cada uno con su propio capítulo. Pero profundiza bastante más, al complementar la publicación con un apartado dedicado a los precursores. Seis formaciones que arrancaron en los seminales 80 y, desde el heavy metal (Epsilon, Maquiavelo, Dolmen), el hard rock (Lancelot) o el thrash metal (Xudef Klas, Hatred), desbrozaron el camino para el advenimiento de los sonidos más agrestes.

«Si hablamos del metal extremo, en esa primera época de los 90 el estilo predominante era el death metal. El doom aparece, aunque más minoritario. Y también el grindcore». Cada ramificación desarrolla uno o varios rasgos inmanentes al metal para llevarlos hasta sus últimas consecuencias. La velocidad, la técnica, la densidad y, de forma prácticamente unánime, el gusto por las voces guturales (o podres, en denominación enxebre). «La escena de esa época en Galicia es variada. Cada banda tiene su parcela de personalidad. Aun habiendo recibido las mismas influencias, con una raíz común, no se da un efecto copia».

Aunque un par de aquellas bandas generatrices como Wisdom (Mugardos) o Dismal (Viascón, ahora en una segunda etapa) siguen en la brecha, la mayoría se quedaron en la cuneta. «La volatilidad era enorme, porque las condiciones eran dificilísimas». Encontrar un local de ensayo (desde una vieja frutería a una carpintería en sus ratos muertos), hacerse con instrumentos entonces carísimos, grabar maquetas, enviarlas a la radios, pubs y compañías, mantener correspondencia con fanzines y grupos de todas partes, elaborar los carteles de los conciertos. Todo se hacía a pulmón, sin redes sociales ni correos electrónicos: «No iba de hacer dinero. Era una cuestión de ilusión, de disfrute estético, de tocar en un escenario y sacar adelante tu música. Y se hizo prácticamente de la nada. Una verdadera locura».

«Las bandas gallegas estaban muy por encima, a años luz de lo que se hacía por ahí»

Surgida de la autoedición, Una historia del metal extremo en Galicia puede ser encargada y adquirida a través del perfil de Facebook que Jorge Fernández ha construido en torno a este proyecto, cuyo nombre coincide con el título del libro. Diez días después de su publicación, «la primera tirada, compuesta por 150 ejemplares, está volando».

Como complemento, el músico ourensano ha activado un Bandcamp oficial «que servirá como archivo sonoro y, en el futuro, como plataforma para la compra del libro». La idea es que, poco a poco, el autor vaya subiendo las grabaciones que menciona en su obra. Un tema de Dismal y otro de los vigueses Asfixia son sus primeros zarpazos, en los que el público puede apreciar la calidad de lo que entonces despuntaba por el filo más agresivo de la cultura musical en Galicia.

«La verdad es que el nivel era altísimo. Teníamos unas bandas buenísimas. Absorbed estuvieron a punto de dar el salto y firmar con Century Media (sello por excelencia del metal extremo, ligado a leyendas como Death, In Flames, Napalm Death, Paradise Lost o los albaceteños Angelus Apatrida, por citar algunos ejemplos). Si Unnatural hubiesen seguido —se deshicieron en 1998— lo habrían conseguido. Estábamos a años luz, muy por encima de lo que se hacía por ahí».

Aunque hubo incursiones y la cosa estuvo cerca, el circuito internacional se les resistió finalmente a los pioneros galaicos. «Pero no fue por falta de calidad. Ahí funcionan mil factores. Y la suerte, claro. De todas formas, siempre me he preguntado qué habría sucedido si en lugar de surgir en Ferrol o Santiago, aquellas bandas hubiesen nacido en Washington y Florida. O incluso hoy, con toda la información y los medios que tenemos a nuestra disposición», reflexiona Jorge. La escena que alumbraron sigue viva, hay grupos, festivales, público y conciertos. El sonido de la Galicia feroz es su legado.

Una historia del metal extremo en Galicia (1990-1998)

Las bandas

Pontevedra

  • Absorbed
  • Dismal
  • Unhallowed
  • Asfixia
  • Thrashnos
  • Nowhere
  • Catatonia

Ourense

  • Detestor
  • Sepulcro
  • Mugre
  • Osmosis
  • Episodio Psikótiko
  • Suffer Age
  • Unnatural

A Coruña

  • S.O.K.
  • Deface
  • Frustradicción
  • Machetazo
  • Wisdom
  • Ovaced

Pioneros del metal

  • Épsilon
  • Lancelot
  • Dolmen
  • Xudef Klas
  • Maquiavelo
  • Hatred

(*) A pesar de contar entre sus precursores con una banda tan destacada como Épsilon, y pese a un profundo trabajo de investigación, el autor no encontró referencias en la primera hornada de grupos de metal extremo en la provincia de Lugo