Kiev critica a Woody Allen por ofrecerse a rodar una película en Rusia en plena invasión de Ucrania

P. V. LA VOZ

CULTURA

Woody Allen, en una rueda de prensa en Portugal
Woody Allen, en una rueda de prensa en Portugal Europa Press

El director neoyorquino condena las acciones de Putin, pero defiende su intervención: «Independientemente de lo que hagan los políticos, no veo cómo puede ayudar cortar las conversaciones sobre arte»

26 ago 2025 . Actualizado a las 17:24 h.

Woody Allen participó este domingo en la Semana Internacional de Cine de Moscú, una intervención estrella a través de videoconferencia que ha supuesto un triunfo propagandístico para el Gobierno de Putin en su intento de acallar a las voces críticas sobre el supuesto aislamiento del país. En sus declaraciones, el director de cine incluso deslizó la posibilidad de grabar en Rusia. «Si hubiera ofertas, me sentaría a pensar en un guion que reflejase lo bien que se siente uno en Moscú o San Petersburgo», afirmó.

La participación de Allen en el festival moscovita ha sentado como un jarro de agua fría en Ucrania. Su Ministerio de Exteriores, en un mensaje en X, lo tildó de «vergüenza e insulto a los actores y cineastas ucranianos que han sido asesinados o heridos por los criminales de guerra rusos» y acusó al realizador de participar en el «blanqueamiento de los crímenes de guerra» y en la «herramienta de propaganda» de Putin a través de la cultura. 

Kiev, que ha ilustrado su repulsa pública a través de un fotomontaje en el que a través de las icónicas gafas de Woody Allen se ve borrosa la destrucción de unos edificios ucranianos, asegura que el realizador de 89 años está de este modo «haciendo la vista gorda» a las atrocidades cometidas por el Gobierno de Putin desde hace más de 11 años.

Lo cierto es que, en su intervención en la Semana del Cine de Moscú, Allen solo tuvo buenas palabras hacia Rusia. Además de ofrecerse a dirigir allí una película que permita ver la mejor cara de sus ciudades más importantes, el director de Annie Hall también aduló la producción cultural del país eslavo cuando declaró su amor por la adaptación cinematográfica de Guerra y paz del director soviético Serguéi Bondarchuk. «Vi la película, que dura siete horas, de una sentada», dijo en la conferencia moderada, precisamente, moderada por el hijo del realizador, el también director y productor Fiódor Bondarchuk.

Pero posteriormente, y tras todo el revuelo creado, el director neoyorquino ha defendido su intervención en el festival, aprovechando para condenar las acciones de Putin contra Kiev. «Cuando hablamos del conflicto en Ucrania, creo firmemente que Vladimir Putin está totalmente en el lado incorrecto. La guerra que ha causado es espantosa», ha expresado, «pero, independientemente de lo que hayan hecho los políticos, no veo cómo puede ser de ayuda acallar las conversaciones artísticas».

El evento cinematográfico en Moscú reúne a más de 80 invitados extranjeros vinculados a la industria del cine, entre ellos países como China, India, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Brasil y México. Entre ellos, está prevista la participación el actor estadounidense y experto en artes marciales Mark Dacascos y el cineasta y músico serbio, Emir Kusturica.