Disney rectifica y devuelve el programa a Jimmy Kimmel

Mercedes Gallego COLPISA

CULTURA

EUROPAPRESS

El «late show» volverá este mismo martes por la noche a las pantallas de la cadena ABC tras el revuelo que causó su cancelación

23 sep 2025 . Actualizado a las 11:05 h.

Jimmy Kimmel Live volverá a las pantallas estadounidenses este mismo martes por la noche. Y con él, un rayo de luz para quienes vieron en la abrupta cancelación de su programa el último mazazo autoritario de Donald Trump a la libertad de expresión. «Amo a mi país, pero en este momento no lo reconozco», dijo consternada Angelina Jolie desde España. En un inesperado comunicado, los máximos ejecutivos de Walt Disney aseguraron el lunes haber pasado «los últimos días» en conversaciones con el humorista político, tras reflexionar sobre el revuelo desatado. «Tomamos la decisión de suspender la producción del programa para evitar avivar aún más una situación tensa, en un momento emocional para nuestro país», se justificaron. 

Con una fortuna estimada de más de 42,3 millones de euros —50 millones de dólares— y un sueldo de 12,7 millones de euros anuales, Kimmel tenía la vida resuelta con o sin programa. El verdadero daño de su despido era para los millones de estadounidenses que cada noche encontraban en su humor político una válvula de escape a los duros tiempos que vive el progresismo en EE.UU., bajo asedio del Gobierno. El presidente Donald Trump no había ocultado su satisfacción por otro despido anunciado por él mismo en las redes en julio pasado, cuando ya celebró el cese de Stephen Colbert, otro humorista político. «He oído que Jimmy Kimmel es el próximo, ¡tiene todavía menos talento que Colbert!», anticipó despectivo.

Los ejecutivos de Disney hicieron caso omiso hasta que la semana pasada el presidente envió al encargado de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) a amenazar a la cadena ABC (de la que el emporio del ratón es propietario) con retirarle la licencia. Trump ya le había sacado 16 millones de dólares para su Biblioteca Presidencial con una demanda pactada, en lo que se consideró una extorsión en toda regla. Según varias fuentes, el consejero delegado de Disney, Bob Iger, no quería problemas con Trump y decidió entregarle su cabeza con la excusa de que sus comentarios sobre la muerte de Charlie Kirk habían sido «inoportunos e insensibles». En eso, la cadena no se ha retractado.

Teorías conspirativas

Sin mencionarlas, Kimmel parecía haberse hecho eco de algunas teorías conspirativas que asociaban a Kirk con un movimiento neonazi llamado Groyper Army, al decir que «la pandilla MAGA (el movimiento de Make America Great Again fundado por Trump) intenta desesperadamente caracterizar al chico que asesinó a Charlie Kirk como algo distinto a ellos». Pero, sobre todo, el humorista criticaba lo que todo el mundo podía ver. «Intentan sacar rédito político de ello», acusó. El golpe para silenciarle llegó tras una astronómica demanda de 15.000 millones de dólares contra el diario The New York Times —desestimada el viernes por un juez— y otra contra el periódico The Wall Street Journal por 5.000 millones. La amenaza pública del presidente de la FCC era, además, una amenaza genérica que ataba en corto a todos los críticos del presidente y su círculo, hasta el punto de que muchos comenzaron a cuestionarse la propia existencia de las cadenas de televisión, al juzgar que dependen del Gobierno federal para su emisión.

De ahí que la cancelación del programa agradara al presidente: «¡Grandes noticias para EE.UU!», aplaudió. «¡Espero que yo haya jugado un importante papel en ello!». Falta aún saber cómo se toma el mandatario la restitución del programa que tanto odia.