Así suena «The Life of a Showgirl», de Taylor Swift: análisis canción a canción

CULTURA

El nuevo disco de la artista americana está disponible en las plataformas desde las 6.00 de la mañana
03 oct 2025 . Actualizado a las 13:59 h.Ya está aquí The Life of a Showgirl, seguramente el disco pop más esperado del año. Duodécimo trabajo de Taylor Swift, ha sido anunciado en las semanas anteriores como un trabajo luminoso y jovial que podría devolver a la artista al brillo arrebatador de 1989 (2014) o al punch de Reputation (2017). No es así. El álbum se encuentra en otro territorio, relativamente distante de aquellos. Aunque haya repetido con Max Martin y Shellback, los productores de los dos títulos citados, además de Red (2012), el nuevo álbum se mueve en un terreno más relajado, con visitas al soft-rock, ecos del indie noventero y pinceladas de la música disco.
«Si pensabas que el gran espectáculo era alocado, quizá deberías venir a echar un vistazo entre bastidores», dice la artista en las redes sociales. En ese retrato de la otra cara de una pop-star aparecen dardos a la industria y a otras figuras musicales, también críticas al asfixiante clima de las redes sociales, y amor, mucho amor. Su almibarado estado emocional con Travis Kelce recorre muchas de las canciones del disco.
Disponible en las plataformas desde las 6:00 de la mañana, analizamos una a una sus doce canciones.
The Fate of Ophelia
En la pieza inaugural del disco se detecta un claro aroma a Fleetwood Mac. Aparece desde las primeras estrofas para emprender el vuelo con versos cruzados en un estribillo de brillo dorado. El tema hace referencia a la figura de Ophelia, uno de los personajes de Hamlet de William Shakespeare. En la obra, ella se vuelve loca y se ahoga en el amor. Taylor le da la vuelta, en un claro mensaje a Travis Kelce: su salvador en la vida. «Ya no me ahogo ni me engañan / Todo porque viniste a por mí / Encerrado en mi memoria, / Y solo tú tienes la llave», canta.
Elizabeth Taylor
Aromas cinematográficos y producción glamurosa —con pasajes orquestados— en una pieza que puede recordar a temas anteriores de la artista como Wildest Dreams. Como ya hiciera en The Tortured Poets Department con Clara Bow —símbolo del cine mudo y del glamour de los años 20—, se refleja en otro de los grandes iconos de Hollywood: Elizabeth Taylor. Fue una de las grandes divas de Hollywood, conocida por su talento, su belleza, sus romances intensos y su relación compleja con los medios. En cierto modo, es lo mismo que ha vivido Taylor durante estos años. «Solo eres tan sexi como tu último hit», canta en uno de los versos.
Opalite
Uno de los temas del álbum que enganchan a primera escucha. Pop lustroso que pide sitio entre los clásicos de la artista. Estructura perfecta con su intro, su puente y su estribillo radiante. Inevitable pensar en ABBA surgiendo entre los mentados Fleetwood Mac. También, en momentos puntuales, a su celebérrimo Shake It Off. De nuevo, en la letra aparece la figura de Travis Kelce. «Tenía la mala costumbre de extrañar a los amantes del pasado», canta en el primer verso, para después retratar una ilusionante vida por vivir. De lo mejor del disco.
Father Figure
Referencia a la misma canción de George Michael publicado en su disco Faith (1987). Taylor juega con su melodía (acredita al autor en los créditos) y la desdibuja, llevándola a un nuevo lugar. Se ha interpretado como un tema que habla del abuso de autoridad, incluso como una referencia a su complicada relación con la industria musical.
Eldest Daughter
Uno de los fuertes de Taylor Swift, que conmueven especialmente a los fans. Balada a piano, con un bonito dibujo melódico que sube paulatinamente hacia la emoción, acompañado de guitarra acústica. No es All Too Well pero cumple. «Cuando dije que no creía en el matrimonio era mentira», canta. No hacen falta más explicaciones.
Run The Friendship
Aunque el pulso del bajo y las programaciones inicialmente pudiera llevarnos al funk o al R&B, la guitarra marca el rumbo a Nashville, el lugar en el que vivió su adolescencia. Si estuviera exenta de la parte sintética, podría ser un tema de sus inicios. Revisión de una época juvenil y uno de esos amores que nunca pudieron ser, con un mensaje: hay que lanzarse.
Actually Romantic
Con una guitarra que pudiera recordar a los riffs noventeros de Pixies, Weezer o Veruca Salt, la artista supuestamente lanza aquí una respuesta a la canción de Charli XCX, Sympathy is a Knife, en la que, supuestamente también, atacaba la candidez de Taylor Swift. Con ironía —y hasta cierto recochineo en los coros— Swift canta sobre sentirse halagada por la obsesión de alguien con ella: «Ningún hombre me ha amado como tú lo haces / Todo el tiempo que me has dedicado / Es realmente dulce / Simplemente me has dado tanta atención».
Wi$h Li$t
Taylor Swift está totalmente enamorada, ha encontrado el equilibrio total en su vida y, ahora sí, cree que esto será para siempre. Quiere formar una familia y lo expresa en el álbum con total transparencia: «Solo te quiero a ti, tener un par de hijos, que todos se parezcan a ti». Y, en el más difícil todavía, define así su estado emocional: «Me haces soñar con una entrada con un aro de baloncesto... Tengo una lista de deseos. Solo te quiero a ti».
Wood
Funk-pop que busca alzar el vuelo con vientos y cuerdas, como si fuera una producción de los setenta. Otra nueva declaración de amor y admiración a Travis Kelce con un extra de sensualidad.
CANCELLED!
De nuevo, saludan guitarras noventeras y la artista muestra su variedad de registros para hacer un crudo retrato de la situación actual de las mujeres artistas sometidas al escrutinio público. «Al principio, pensaste que todo iría bien / La situación se podía salvar, por supuesto / Pero ya habían elegido tu tumba y tu coche fúnebre / Cuidado con la ira de los cruzados enmascarados».
Honey
Pop sintético, con un banjo de fondo y ritmo de hip-hop en la recta final. Tiene un bonito juego de espejos en los coros, pero que no termina de enganchar del todo.
The Life of a Showgirl
El tema homónimo cierra el disco. Taylor Swift se une aquí con Sabrina Carpenter, la cantante en la que muchos ven una continuación de su legado. Usando la figura de Kitty, una showgirl de éxito con una vida complicada, hablan de la trastienda de las estrellas. Pese a su condición de broche del disco, el tema no alcanza el punto épico que promete. Da la sensación de que se queda a medio camino. En varios momentos, recuerda a The Beatles.