Lance Armstrong se mostró satisfecho con su tercer puesto en el Tour y aseguró que «no está mal para un vejete» de 37 años. Comentó que no se puede quejar, porque «asegurar la tercera plaza contra estos chavales está bien».
El estadounidense explicó que «la carrera fue muy agresiva al principio del Mont Ventoux» e indicó que hacía menos viento de lo que había previsto la organización. Pero añadió que era bastante fácil defender su posición. «Bastaba con seguir la rueda de Bradley Wiggins y la de Frank Schleck, y tenía las piernas para hacerlo», apuntó.
Armstrong destacó que no había visto tanta gente en el Mont Ventoux. «Estaba la mitad de Estados Unidos y también toda Francia, y la presencia de esa gran cantidad de público al final ha cortado el viento», dijo.
Johan Bruyneel
El director del Astana, Johan Bruyneel, se mostró feliz por su noveno Tour y aseguró que en su formación supieron controlar la tensión interna que se generó por el hecho de tener dos líderes.
Reiteró que el equipo apostó por los dos y, en un momento dado, se les dejó vía libre. «Finalmente, en Verbier se demostró quién era el más fuerte. Fue Alberto y no fue una sorpresa para mí», dijo.