Indignación en el deporte gallego por los excesos de los «vampiros»

La Voz

DEPORTES

Los deportistas califican de atentado contra la intimidad el control que tuvo que pasar Pereiro en los servicios de un bar

06 nov 2009 . Actualizado a las 11:36 h.

El deporte gallego ha puesto el grito en el cielo por las condiciones inaceptables en las que se vio obligado a pasar un control antidopaje el ciclista Óscar Pereiro en los servicios de una cervecería de Santiago, situación rocambolesca a la que, en cierta medida, algún otro deportista hubo de someterse en algún momento de su carrera.

Así, otros ciclistas, como Ezequiel Mosquera, afirman que «esa situación es un poco surrealista. A veces, hay que tratar de no rebasar la frontera de la intimidad personal y, en nuestro caso, sucede a menudo. Se ha llegado a un punto en que se dan situaciones que a ninguno nos gustan, pero llegados a este límite...». Alejandro Paleo , también ciclista, cree que «no es correcto». «Estoy de acuerdo en la lucha contra el dopaje, pero nos tratan como delincuentes. Hay que tener un respeto hacia la gente, y esas condiciones parecen establecidas por un régimen».

El subcampeón de España de lanzamiento de jabalina, José Manuel Vila, añade que «hacerlo en una cervecería me parece muy fuerte. No son formas, ni por higiene ni por intimidad». «Yo preferiría ir al centro de salud más cercano. Lo más normal sería realizarlo en una instalación deportiva», matiza. «No es que se criminalice a los deportistas, pero, desde luego, no es la mejor manera de hacer las cosas», concluye.

El futbolista Borja Oubiña cree que «con ciertos deportistas, sobre todo ciclistas, sucede que están muy perseguidos» y le parece un poco «abusivo». «Si me pasa a mí esto, me costaría digerirlo, pero supongo que a cualquier persona. Es coaccionar tu vida diaria», añade. «Los deportistas estamos a favor de que se hagan controles, pero todo tiene un límite», zanja.

El atleta Lolo Penas se pronuncia en la misma línea: «Me parece algo muy fuerte que a un campeón del Tour de Francia se le haga un control antidopaje en una cafetería, desde luego no me parece el sitio más adecuado». Sin embargo, el decatleta David Gómez matiza: «Me parece normal, hay que estar localizables y estamos en la época de los móviles. En los contratos que se firman con la federación se dice a las claras que hay que estar disponibles. Estamos hablando de una obligación que tenemos todos los deportistas. A otros los llaman a casa a las tres de la mañana y se tienen que aguantar».

El piragüista y campeón olímpico Carlos Pérez Rial, Perucho , se pregunta: «¿Qué podrían estar pesando los del bar?, ¿pensarían qué pasa aquí con Pereiro? Por un lado me parece gracioso, pero pienso que hay sitios mejores para un control, sitios más íntimos».

A la taekuondista Estefanía Hernández le parece «un poco un secuestro». «No creo que haga falta llegar a estos extremos, porque es como una intromisión en la intimidad. Pienso que hay muchos momentos y lugares para hacerlo sin necesidad de ser tan estrictos», dice.

José Luis Adarraga, golfista, cree «excesivo que se realicen controles en estas circunstancias». «El tema de los ciclistas es muy complicado, porque se meten en su vida diaria. No sabía que se llegara hasta ese punto de abordarlo en un pasillo de una cervecería. En el golf, desde que se comenzó a promover como deporte olímpico, pasamos controles en algunos torneos, pero no de forma tan continua ni en situaciones tan extrañas».

Adrián Martínez Vara, internacional absoluto de fútbol sala con España y jugador del Azkar, opina que «la situación de Óscar Pereiro es complicada y embarazosa». «No sé cómo tienen los ciclistas establecidas las tomas, pero este caso me parece excesivo. No puedes tener ni vida privada porque te están controlando en todo momento. A nosotros nos hacen controles en algunos partidos y entrenamientos, pero no tenemos que decir las 24 horas dónde estamos», dice el jugador del Azkar.