El de esta matinal, a las 12.30 en el Multiusos de Sar, es un partido en el que valen todos los tópicos de la trascendencia y de la supervivencia. El Obradoiro recibe al Cajasol de Sevilla con la obligación de ganar para alimentar sus esperanzas de seguir en la ACB la próxima temporada. De lo contrario, solo le quedarán las matemáticas y rezar en busca de una combinación de resultados casi imposible, sobre todo después del sorprendente pinchazo del Barcelona ante el Lagun Aro. Por primera vez en toda la temporada, el conjunto blaugrana no fue competitivo. Y, si bien viajó sin Navarro, los donostiarras tampoco pudieron disponer de su jugador franquicia, Andy Panko.
El equipo santiagués no llega en su mejor momento. Por contra, ha podido disfrutar de una semana de trabajo relativamente tranquila, aunque no ha logrado liberarse del maleficio de las lesiones. En esta ocasión le ha tocado a uno de los pocos supervivientes, Mike Higgins, con molestias en una rodilla.
Ha sido también una semana a la que podría aplicársele la máxima benedictina del «ora et labora» porque al programa habitual de entrenamientos se le sumó la ofrenda en la catedral, en un acto al que acudieron directivos, jugadores, cuadro técnico y algún que otro aficionado.
El presidente, José Ángel Docobo, recordó que ya habían pasado más de tres lustros desde que intercediese ante el Apóstol, cuando la entidad empezaba su larga travesía judicial. Y de nuevo se vio en el altar mayor, esta vez con el equipo luchando desesperadamente por conservar la ACB.
Sea como fuere, el trabajo del día a día del Obradoiro se ha orientado esta semana en una doble dirección. Por una parte, la entidad ha sacado brillo a su perfil más inconformista, el que le ha valido para sortear escollos aparentemente insalvables. Por otro lado, el cuadro técnico se ha esforzado en rebuscar y recuperar la identidad defensiva que catapultó al equipo en los mejores momentos de la primera vuelta.
Acoplar a Paul Davis y a Damir Rancic, que jugaron frente al Alicante con solo dos entrenamientos en Santiago, ha sido otro de los objetivos.
El Cajasol llega a Santiago precedido de la fama de un equipo que trabaja a destajo para ahogar el ataque del adversario. Para el técnico del Obradoiro, Curro Segura, la clave del partido pasará por ahí, por «controlar el ritmo defensivo que ellos son capaces de imprimir». El entrenador andaluz también llama la atención sobre dos nombres propios, Savanovic y Kirksay.