La rápida intervención de la doctora Mónica Martínez evitó que la caída de un aficionado desde la grada del campo de fútbol de Corme, en el que ayer se disputó la final de la Copa da Costa juvenil, acabase en tragedia. A. F. F., un seguidor del Muros de solo 15 años, sufrió traumatismo craneoencefálico como consecuencia del impacto contra el suelo. Las circunstancias en las que se produjo el accidente no están del todo claras, ya que, al parecer, hubo empujones entre un grupo de hinchas, pero la Guardia Civil confirmó que la caída fue fortuita.
En el momento del accidente, el encuentro estaba en el descanso, con empate a un gol (en la ida 1-2). Por suerte para el adolescente, que, según algunas versiones, podría tener antecedentes de epilepsia, la médica cormelana Mónica Martínez había decidido asistir a ver el partido, como hace de forma esporádica. Su rápida intervención, ayudada por un sanitario de Muros, fue crucial. Ya en el primer examen comprobó la gravedad de la lesión, por lo que requirió la presencia de los servicios de emergencias.
Entre la tensión y la incertidumbre, los escasos minutos que tardó en llegar la ambulancia del 061 parecían eternos. Mientras tanto, los jóvenes futbolistas eran ajenos a todo lo que ocurría, puesto que se encontraban en el vestuario recibiendo las indicaciones de sus respectivos entrenadores, Manuel Genaro (Corme) y Bibi (Muros). La situación comenzó a alargarse y llegó el momento en el que los futbolistas tuvieron que regresar al campo.
Ingresado en Santiago
El juego estuvo interrumpido mientras la doctora intentaba mantener con vida al joven y llegaba el helicóptero del servicio de emergencias, en el que A. F. F. fue evacuado al Clínico de Santiago, donde quedó ingresado. Al parecer, el herido estaba consciente cuando llegó al hospital.
La llegada de la aeronave, que aterrizó en el centro del campo, agravó la preocupación de los aficionados, pero también fue celebrada porque suponía que el traslado se realizaría de forma inmediata. De hecho, cuando el helicóptero despegó del campo de O Cairo se escuchó una fuerte ovación de los 750 aficionados que se encontraban en el recinto de juego como homenaje al accidentado.
A. F. F. había acudido a Corme con un grupo de aficionados de Muros para animar a su equipo, que se jugaba la Copa ante los cormelanos. Durante todo el encuentro hubo mucha animación por ambas hinchadas, con pancartas, bufandas y todo el apoyo para sus colores. La fiesta pudo terminar en tragedia. Pero no fue así. Tras la evacuación del joven, los presidentes del Corme y Muros se reunieron con el colegiado y decidieron reanudar el partido de la final. El Muros levantó la Copa (2-2).