El Tour arranca hoy en Róterdam con un prólogo de 8,9 kilómetros en el que el corredor suizo es el gran favorito
03 jul 2010 . Actualizado a las 02:30 h.La primera batalla del Tour, como ya es tradicional, será en territorio Cancellara. Un recorrido llano y sin muchas exigencias técnicas. Los grandes intentarán que los 8,9 kilómetros de prólogo que afrontarán en Róterdam no les pasen excesiva factura en la general. Y poco más. Porque el gran favorito al triunfo, con permiso de David Millar, Bradley Wiggins y Tony Martin, es Fabian Cancellara, un hombre acostumbrado a devorar entrantes en la grande boucle .
El arranque de la ronda francesa llega salpicado por el rumor de que algunos ciclistas podrían haber utilizado una bici con motor. Por eso las monturas de los participantes serán sometidas a la prueba del escáner. Para que las exhibiciones de potencia de Cancellara, sobre el que recayeron las acusaciones en esta polémica, no sean atribuidas al dopaje mecánico.
El dúo protagonista
A la espera de la crono inaugural, los dos grandes protagonistas de la carrera, Alberto Contador y Lance Armstrong, siguen desgranando opiniones sobre el recorrido y sus rivales. El estadounidense indica que ha llegado un buena forma a su gran cita. Y el madrileño asegura que Armstrong es un gran candidato para la general, pero recuerda que este será «un Tour para escaladores» y sitúa al americano en un amplio grupo de diez o doce corredores con opciones.
Contador asegura que «este año tiene mucha confianza en su equipo» y que la unión y la buena convivencia «siempre es importantísima», en una alusión indirecta a aquel Astana en la que explotó la guerra civil del Tour 2009. Además, lanza un dardo a su ex director, Johan Bruyneel, al apuntar que tiene ventaja sobre él después de su etapa juntos ya que aprendió mucho de «la forma de pensar y de manejar la carrera» del belga.
Los dos vencedores del Tour temen el tramo de adoquines que tendrán que afrontar la próxima semana. Mientras Armstrong dice que «será una auténtica carnicería», el español se siente confiado y explica que al lado de Van Petegem aprendió más «en un día» que en toda su vida. Los adoquines esperan. Pero antes tendrán que examinarse en los dominios de Cancellara.