Los pecados capitales del Dépor

J. M. Fernández / P. Barreiros A CORUÑA/LA VOZ.

DEPORTES

En el origen de la penúltima plaza se mezclan la falta de gol o las lesiones, pero también vaivenes de pizarra, fichajes arriesgados y renovaciones en el alero

28 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

De la ilusión de la pretemporada a la cruda realidad en apenas un mes, un suspiro. Cinco jornadas han acabado con el optimismo inicial. El nuevo Dépor ha firmado el peor inicio liguero desde su retorno a Primera División, en 1991, y hay que remontarse a la campaña 1966-67 para encontrar el único precedente en el que el equipo coruñés fue incapaz de ganar en alguno de sus primeros cinco partidos. Entonces, mantuvo la categoría, pese a que sumó su primera victoria en la novena jornada.

La falta de gol, los cambios de rumbo antes del descanso o las lesiones son solo algunas de las enfermedades que padece un Deportivo que al mal arranque liguero debe sumarle la decepcionante segunda vuelta de la temporada pasada. Lo peor es que su falta de pegada en la última jornada se le ha unido un errático comportamiento defensivo, algo desconocido en los últimos años.

FALTA DE PEGADA

Simboliza todos los males. La campaña pasada, el gol fue un asunto coral en el conjunto coruñés. Sobrevivió en el inicio con los tantos de Colotto, Filipe o incluso Lopo. Finalmente, Riki acabó con 8 tantos. Insuficiente aval como para que el delantero de Aranjuez se ganara el puesto en esta campaña, ya que Adrián López ha sido titular en los cinco encuentros. La sequía es absoluta. El Dépor es el equipo que menos goles ha marcado en las cinco jornadas: dos, y ambos de penalti. Lo peor es que, con la única excepción del segundo tiempo frente al Getafe, el cuadro coruñés apenas ha generado ocasiones.

LAS LESIONES

Los problemas crecen. A la prolongada ausencia de Aranzubia (arrastraba la lesión del final de la campaña pasada) y de Juan Domínguez, se le han unido en los últimos días jugadores llamados a ser claves en la temporada deportivista. Así, Riki y Urreta permanecerán al menos tres o cuatro semanas de baja. Más preocupante es la de Míchel, un jugador cedido por el Valencia sobre el que el cuadro coruñés no tiene opción de compra alguna y que se perderá los próximos cuatro meses de competición. Según las palabras del Lendoiro tras el partido frente al Almería, el mediapunta valenciano, destacado en todos los test físicos de pretemporada, ya arrastraba molestias desde la temporada pasada. Un problema físico que al parecer la habitual revisión médica no detectó, o a la que no concedió importancia.

LOTINA NO DA CON LA TECLA

Tan solo quedan por debutar Aranzubia, Aythami, Pablo Álvarez y Juan Domínguez. Incluso en los dos últimos partidos en casa Lotina se inclinó por ordenar cambios antes del descanso, una medida inusual en él. Eso sí, alguno obligado por lesión. Hasta ya ha debutado con el primer equipo un fabrilista, Dioni. Y sigue buscando. En cuanto a sistemas, el 4-2-3-1 sigue destacándose como el de cabecera, pero en Villarreal jugó con el clásico 4-4-2 y frente al Almería buscó la remontada con un 4-3-1-2 para acabar tras la expulsión de Colotto con solo tres defensas.

PROBLEMAS EN EL CENTRO DEL CAMPO

Son los puestos que más han rotado en estas cinco jornadas. Por el mediocentro ya pasaron los cuatro especialistas con que cuenta la plantilla. Debutó frente al Zaragoza con Juan Rodríguez y Antonio Tomás, pero el que ahora parece más consolidado es Rubén Pérez, quien se estrenó en la segunda jornada y ya no volvió a salir. También Juca disfrutó de breve protagonismo contra el Sevilla y el Villarreal. Pero la mediapunta se revela como el puesto más caliente del Dépor. Comenzó Míchel, que se lesionó, pasaron Valerón y Lassad, probó a Desmarets en Sevilla y hasta a Juan Rodríguez en Villarreal.

PLANTILLA DESCAPITALIZADA

Los excesos del pasado llevan al Dépor a apostar por jugadores semidesconocidos o procedentes de mercados ignotos, y siempre a coste cero. Entre los fichajes de esta campaña tan solo Morel, que a sus 32 años acababa de disputar el Mundial con Paraguay tras una larga carrera en Argentina, tenía cierto pedigrí. Además, están las cesiones de Míchel y Rubén Pérez (sin opción de compra), o de Urreta (que valdría 15 millones de euros). Por contra, en las últimas campañas dejaron el club Filipe, Sergio, Lafita, Verdú o Coloccini. Tampoco favorecieron los mensajes de Lotina durante la pretemporada, encantado con las alternativas de que disponía en su plantilla. Pero más variedad no significa necesariamente más calidad.

JUGADORES CLAVE NO RENUEVAN

La denominada línea de seguridad del Dépor, esa columna vertebral de los equipos que los entrenadores tanto respetan, está tocada. Dos de los jugadores más fiables de las últimas campañas, Lopo y Juan Rodríguez, podrían marcharse el próximo 30 de junio. El caso Piscu tampoco ha favorecido. Manu, Adrián y Antonio Tomás (cuya vinculación también expira a final de campaña) y la perla de la cantera, Rochela, tienen el mismo representante. Además, al técnico no deja de darle dolores de cabeza la presencia de Valerón, renovado a los 35 años pese a apenas contar la campaña pasada.