Los grandes se tantearon sin consecuencias en Os Ancares
03 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Después del esprint masivo de Pontevedra llegó una nutrida escapada rumbo a Ponferrada. Y de entre los casi treinta aventureros que probaron fortuna el gran botín de la etapa se lo llevó el suizo Michael Albasini (HTC), que superó a sus rivales en el pulso final. Muy lejos quedaban ya Os Ancares. Su ascensión, a tantos kilómetros de la meta, se convirtió más en un duelo de nervios que de fuerzas. En un tanteo previo a la montaña asturiana en la que los gallos intentaron radiografiarse mutuamente para escudriñar un gesto delator del estado de forma del otro. Aunque si alguien enseñó los dientes fue el tiburón Vicenzo Nibali, que arrancó en dos descensos y dio unos buenos sustos a Wiggins y a Purito. Arañó segundos en el esprint bonificado de Becerreá y ahora ocupa la segunda posición de la general. El italiano decía que no atacaría subiendo y cumplió. Lo hizo bajando.
Por Sarria se paseó Alberto Contador, que siguió la etapa hasta Ponferrada. Dedicó elogios a la carrera e insinuó, para alborozo de los organizadores, que podría disputarla en el 2012, temporada en la que renunciará al Giro para iniciar un nuevo asalto al Tour de Francia.
El ciclista madrileño fue testigo del arranque loco de la jornada. Se olía el triunfo de una escapada y la etapa salió lanzada. Hubo mil maniobras e intentos. Hasta que llegó el corte bueno. Con nombres como Roche, Dani Moreno, Palomares, Moncoutié, Sastre, De la Fuente y o Madrazo. Y uno de los habitantes de la poblada fuga de ayer fue el gallego David Blanco, que acabó octavo. «¡Hay que meterse en la escapada!», le pidió otro aficionado junto al autobús del Geox en Ponteareas. «Hoy no, hoy no», respondía Blanco. El compostelano guardaba fuerzas y confesaba después, ya en la línea de meta, que se le habían oxidado las fugas y debía recuperar ese instinto casi natural de muchos corredores para saltar en el momento precioso en el que el pelotón afloja las riendas de la carrera. Fueron muchos años de jefe de filas indiscutible en Portugal, de pasar por alto los latigazos de los aventureros. Ha tenido que reciclarse en cazador de glorias de un día. Parece que está en la senda.
Ataques de Purito y Cobo
Blanco transitó por Os Ancares en la punta de lanza. Por detrás, los ilustres realizaron un ensayo general de cara a Asturias. De nuevo fuegos artificiales de Purito. Ataque sin consecuencias de Juanjo Cobo (Geox). Y descenso punzante de Nibali. Queda mucha tela que cortar. Por eso los favoritos de la general dosificaron sus tijeras en una cima desde la que ni se adivinaba la meta.
«Nos dolían las piernas y he decidido atacar en Os Ancares, pero no se ha movido nadie»
Ciclista del Katusha
«No está siendo mi Vuelta, pero no tiro la toalla. A ver si tengo mi día en La Farrapona o el Angliru»
Corredor del Euskaltel