No hubo sorpresa en el partido inaugural, pero el novato plantó cara al veterano. El derbi vasco se decantó, como era previsible, a favor del Caja Laboral (72-65), que jugará su sexta semifinal de Copa consecutiva.
Sin embargo, el Lagun Aro obligó al favorito a esforzarse en el período definitivo cuando todo parecía sentenciado en el tercer cuarto y consiguió dar una emoción inesperada a tan desequilibrado duelo.
Un grande de la ACB y un clásico del torneo como el Baskonia no podía fallar ante un debutante, aunque tuvo tantos altibajos que se arriesgó a sufrir un batacazo y debió derrochar demasiado esfuerzo para salir vivo del Sant Jordi. Se fue al descanso el equipo vitoriano con 10 puntos de desventaja y cuando regresó de los vestuarios, lo hizo para arrollar, de la mano de Prigioni y Milko Bjelica, pero el equipo demostró que está en muy mal momento y permitió al Lagun Aro soñar con una hazaña increíble.
Como suele ocurrir en estos casos, la experiencia, aparte de la calidad y capacidad resolutiva de las estrellas del Caja Laboral, resultó decisiva.
El debutante Lagun Aro de San Sebastián se despidió con muchísima dignidad y no solo no salió escaldado de la batalla, sino que jugó sin complejos y en muchas fases fue superior y jugó mejor que el Baskonia. Si en el choque de Liga, el Caja Laboral ganó por 12 al Lagun Aro, esta vez la distancia se redujo a siete, porque el conjunto donostiarra perdió el respeto a un clásico de la Copa, aunque le perdió la precipitación.